La lucha contra la inseguridad ciudadana, cuyo fracaso es evidente gobierno tras gobierno, no se reduce a la estrategia multisectorial Barrio Seguro, como lo dejó entrever la jefa del Gabinete, Mirtha Vásquez, en su exposición en el Congreso. Fue uno de los puntos más flacos de su mensaje y llama la atención la poca importancia que se le dio al tema, pues justamente por el ministro del Interior, a quien compete esa labor, está a punto de caer el Gabinete.
Según la premier, los barrios seguros tienen “un enfoque multisectorial” que “considera los distintos factores de riesgo” y, por ello se inaugurarán 7 más hasta llegar a 100, siendo la meta hasta el 2026 un total de 230. Además, se aplicará un programa descentralizado de entrenamiento y reentrenamiento para el personal policial en las comisarías. Suena bien, pero es como si Ricardo Gareca dijera que va a entrenar más con los jugadores de la selección de fútbol para ver si por fin le ganamos a Brasil.
Hay que visitar de incógnito una comisaría y observar cómo funciona para darse cuenta cuáles son los problemas que hay que resolver. ¿Tienen vocación de servicio todos los policías? ¿Cumplen cabalmente con sus funciones? ¿Cuántos están comprometidos en actos de corrupción y delincuencia común? ¿Cuántos utilizan el uniforme para cometer abusos? No es tan difícil saberlo, basta con ponerlos a prueba para ver si muerden el anzuelo. Estas prácticas son muy antiguas y no son tan recurrentes como antes, pero lamentablemente continúan. Sin embargo, hay que reconocer que sí hay policías eficientes, correctos y honestos.
El programa de “entrenamiento y reentrenamiento” suena a cuestiones meramente físicas y operativas, como si se estuviera hablando de ronderos, cuando lo que se necesita es que nuestros policías tengan una mejor preparación o capacitación en acciones de inteligencia, tácticas y estrategias para combatir a la delincuencia. Y que este tipo de programas alcance a todos, hasta al suboficial de más bajo rango, no solo a las élites que hay dentro de la institución policial.
Después de la economía (empleo y satisfacción de necesidades) y salud (especialmente lucha contra la pandemia de COVID), la inseguridad ciudadana es uno de los problemas que más preocupa a los peruanos. Es necesario tomar acciones más profundas y organizadas en un plan integral consistente. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
