Hace dos meses, Indecopi eliminó 6,000 barreras burocráticas que generaban más de 82 millones de soles en pérdidas al año.
Las autoridades invocaron a las instituciones públicas a anular los trámites y requisitos absurdos, repetitivos y onerosos que se suelen exigir en muchos ministerios, municipalidades y otros organismos. Sin embargo, solo algunas entidades públicas entendieron el mensaje y ahora aplican el sentido común. La mayoría persiste en estas prácticas burocráticas que hacen perder tiempo y dinero no sólo al ciudadano, sino también al Estado.
Hay municipalidades donde la tramitología es una práctica cuasi compulsiva. En la comuna de un distrito del norte de la región Lima Provincias, por ejemplo, la exigencia de documentos es un insólito homenaje a la papeluchería.
Allí, la mesa de partes parece una fábrica de expedientes donde se folian y sellan, al ritmo de un repiqueteo frenético y maratónico, cerros de copias de documentos que el mismo Concejo ha emitido y que, por lo tanto, no tiene por qué solicitarlos a los usuarios. Basta con que se presione una tecla para que la computadora los encuentre en el archivo, que debe estar a disposición de todas las oficinas.
Estos intrincados procedimientos administrativos, causantes de demoras, gastos y dolores de cabeza para el ciudadano, hacen que muchos vecinos del distrito mencionado recurran a la informalidad al abstenerse de tramitar licencias, autorizaciones y otros requisitos para, por ejemplo, construir una vivienda, establecer un negocio o realizar alguna otra actividad que debe ser autorizada, supervisada y regida por el Concejo. Por cierto, la Municipalidad a la que nos referimos ya ha sido denunciada ante Indecopi, institución que confirmó la existencia de barreras burocráticas ilegales y carentes de razonabilidad, por lo que exigió anularlas, con la advertencia de aplicar una sanción con una multa de 20 UIT si se hiciera caso omiso a lo dispuesto.
El problema es a escala nacional. Entre el 2017 y el 2022 ya se habían eliminado 28,954 barreras burocráticas en el país, lo que significó un ahorro económico estimado de 336 millones de soles.
Estas cifras nos dan una idea de la cantidad de procedimientos administrativos absurdos que aún existen. Al año piden toneladas de papeles inútiles y redundantes. Los ministros, alcaldes y demás funcionarios tienen la palabra. Apliquen la simplificación administrativa, señores. La época de la carreta ya pasó hace mucho tiempo. Estamos en plena era digital. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
