Algo está pasando con los niños y sus padres no lo saben. Ahora que hay internet y que casi todo se hace virtualmente, los pequeños no salen de casa, pues prefieren encapsularse en sus dormitorios para el juego online. Así, ya no salen ni se exponen a los peligros de la calle. Pero no todo es color de rosa en el mundo de la virtualidad. Los niños son acechados por otros riesgos, no menos perniciosos, que entran por esa gran ventana que son las redes sociales. Una de esas amenazas son los juegos de la muerte, como el denominado “reto diazepam”, que acaba de causar el absurdo fallecimiento de una niña en nuestro país.
Les llaman “retos virales” porque rápidamente se replican en las redes sociales, especialmente en TikTok, para terminar manipulando las mentes de los niños. La Fiscalía ya abrió investigación preliminar de oficio contra los que resulten responsables de la presunta incitación al consumo de pastillas que causó la muerte a la colegiala de 11 años. Está bien que se investigue la “presunta contravención al derecho fundamental, a la integridad personal de la niña, a fin de establecer actos de negligencia en su cuidado”, como lo indica el Ministerio Público, pero en el colegio no van a encontrar a los que sugirieron, propusieron o invitaron a la menor a tomar sustancias peligrosas. No hay que ser ingenuos.
A esos salvajes, a los promotores de estos juegos de la muerte, señores fiscales y policías cibernéticos, los encontrarán en las redes sociales, esas plataformas donde se propagan los fake news, las grandes montañas de información basura y los retos virales. Esos facinerosos no capan a los niños en el colegio, sino en sus propias casas, donde físicamente están cerca de sus padres, pero en realidad están muy lejos si se tiene en cuenta que con quienes conversan es con extraños que están a kilómetros de distancia.
Por ahí va la cosa, señores. Y aquí los padres de familia tienen mucha responsabilidad, pues no están desempeñando cabalmente su función protectora y de cuidado con sus hijos. En la creencia de que estando en casa no corren riesgos, los abandonan a su suerte en sus cuartos y los dejan a expensas de los malvados que entran diariamente a casa a través de las redes sociales.
En realidad, este no es un fenómeno nuevo, pues se han dado casos de niños muertos por retos virales en México, Argentina y Colombia, por mencionar solo a algunos países. Resulta extraño por qué, conociendo esta tendencia y dichas experiencias, las autoridades no realicen campañas de prevención. Tenemos que darle un jalón de orejas a los padres de familia para que cuiden a sus hijos hasta en sus propios hogares, para luego no arrepentirnos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
