Luego de las elecciones del 2021, Perú Libre se convirtió en la principal fuerza política con 37 parlamentarios. Han pasado dos años y, tras la vacancia de Pedro Castillo y luego de los reacomodos y renuncias de los parlamentarios de Perú Libre dicha agrupación política se ha quedado con apenas 12 congresistas. Se podría decir que el partido que tiene como símbolo al lápiz es el principal perdedor de todo este cambalache político.
Sin embargo, en el fondo no es mucho lo que ha perdido Perú Libre si se tiene en cuenta lo que el mismo Vladimir Cerrón admite que este partido de izquierda, el más radical de los que hasta hace menos de tres años se conocían en el espectro político legal, solo tenía la intención de llegar al Congreso. Se sacaron la lotería sin apostar mucho cuando Castillo, con su sombrero chotano y su frase “palabra de maestro”, pasó a la segunda vuelta, en la que el voto antifujimorista le dio el triunfo final. Ha sido una bonita experiencia, pero hasta ahí nomás.
Perú Libre ganó la Presidencia y colocó a la bancada más numerosa en el Congreso, pero sin ser un partido con la solidez que aparentaba, como ha quedado demostrado con el desmembramiento de su bancada. A lo cual se suman los problemas en la interna, con denuncias de caudillismo y malos manejos. Además, con un discurso que durante el breve gobierno de Castillo se fue diluyendo a tal punto que la frase “no más pobres en un país rico” ha pasado a ser una más de las falsas promesas que suelen hacer los políticos.
Tal vez Perú Libre abrigue las esperanzas de recuperar terreno político con su propuesta de Asamblea Constituyente para una nueva Constitución. Esta idea hasta a la izquierda caviar puede sonarle bien, pero es difícil que llegue a buen puerto debido al complejo panorama político y a la mediocridad casi general de las nuevas generaciones de políticos, no solo por la aparición de los “niños” y la reaparición de los “mochasueldos”, sino también por el pobrísimo nivel que ha mostrado la mayoría. Además, ya tenemos la experiencia de Chile, donde el gobierno de Gabriel Boric también ha desnudado serias falencias y la propuesta de nueva Constitución fue un fracaso.
De tal modo que el futuro de Perú Libre es incierto. Su irrupción en el escenario político fue muy sorpresiva y fortuita, parecida al fenómeno del Frepap en el 2020, cuando logró 15 escaños, pero después desapareció. Veremos si los “lapicitos” terminan o no como los “pescaditos”, como se motejaba a los congresistas del Frepap. En la política uno nunca sabe. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
