OpiniónPolítica

“Qué tal chanfaina hacer empresa en el Perú”

Por Héctor Luis Santivañez Cotera

Entiéndase que cuando utilizo el término chanfaina, no me refiero al potaje delicioso que a muchos peruanos les encanta, sino más bien a la expresión popular que se refiere a que todo está mal o desordenado. En el Perú, la mayoría de municipalidades impide formar empresas, y es preocupante que desde hace mucho tiempo el desarrollo económico, sobre todo las inversiones del sector privado, se ve mellado y obstaculizado con respecto a una gestión o trámite que tenga como finalidad generar empleo o inversión en el sector comercio.

Paradójicamente, en el año 2017 se declaró el “Año de Buen Servicio al Ciudadano”; han pasado aproximadamente 6 años y en lo que se puede ratificar con respecto a la denominación a ese año, es la preocupante y alarmante situación de los servicios públicos con respecto a la atención de los empresarios.

Si bien es cierto que las municipalidades son autónomas, considero que ellos confunden esa autonomía con un criterio feudalista y de poder, hacer y exigir requisitos irracionales que contribuyen a la confusión y generación de procedimientos insensatos; ya sea para el otorgamiento de una licencia o la inspección para el otorgamiento de un certificado de Defensa Civil, más aún para la licencia de publicidad.

Hoy, que han asumido nuevas autoridades, lamentablemente en muchas municipalidades no se está cumpliendo los requisitos que exigen asumir cargos de confianza, se está pagando compromisos políticos dando puestos y cargos a personas que desconocen los actos administrativos y de procedimiento en sí, más aún cuando han heredado a personal del régimen CAS. Entonces, en medio de este deterioro institucional, el aumento de la corrupción y la incertidumbre por la inestabilidad política, hacer o emprender un negocio en el Perú cada vez es una “chanfaina”, por ser un proceso desordenado, largo y costoso.

De ahí, que esto guarda relación directa con que los empresarios y los trabajadores formales en el Perú no superan el 20% de la economía en todos sus sectores. Además, la pobreza está vinculada a la informalidad, debido a que los sueldos son bajos y a la ausencia de beneficios laborales. Solo para muestra un botón: nuestro país vecino Chile aprobó una ley que abrevió el trámite a solo un día y con un costo muy por debajo de lo que se cobra en el Perú.

En ese sentido, la reflexión sería que se uniformice los textos únicos de procedimientos administrativos. Para ello en esa reforma deben participar los empresarios para dar solución a esta caótica situación. Es menester que la PCM tome cartas en el asunto e Indecopi actúe con más rigor e inclusive instalando oficinas en cada municipalidad para poder evitar el abuso, el desorden y sobretodo la corrupción. Se debe acabar con los grupos mafiosos que año tras año se mantienen y que en cada asunción de un nuevo alcalde continúan ahí, y quienes a sabiendas juegan otro partido que no es el correcto y son las autoridades las que deberían de alertar con nombres y apellidos que siempre están presentes en cargos estratégicos donde solo se genera desorden, burocracia y corrupción.

Para ello, como parte de la solución se debe realizar el gran censo de funcionarios, averiguando el tiempo en que deben estar trabajando en diversas municipalidades, el récord de su trabajo y la relación con negocios y constructoras que sí les favorece.

*Analista Político y abogado

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