
El diálogo es el único camino para buscar puntos de consenso en un conflicto social y para que se dé, se debe generar confianza entre los diferentes actores involucrados en el conflicto social. Por eso es importante que se priorice estas mesas de diálogo en las zonas de conflicto, antes que el uso de medidas de fuerza para reprimir las manifestaciones públicas, como el bloqueo de carreteras.
Por eso se saluda la buena intención de la premier Mirtha Vásquez de buscar dialogar en el corredor minero, la debilidad está en la identificación de los actores involucrados, para conocer in situ, quiénes son los interlocutores válidos, para establecer el diálogo y generar compromisos duraderos para lograr la paz social que garantice la viabilidad social de los proyectos mineros como Las Bambas.
Por este motivo es que hemos llamado la atención de la premier, para que no siga cometiendo el error de atender el problema sectorialmente, al extremo de darles prioridad a solo ocho comunidades campesinas de la provincia de Chumbivilicas, sabiendo que las acciones emprendidas tienen consecuencias inmediatas a lo largo del corredor.
Un dato determinante que sustenta esta propuesta es que el día 30 de diciembre, en plena instalación de la mesa de diálogo en la comunidad de Huininquiri, la premier fue testigo de las diferencias con las otras cuatro comunidades del distrito de Capaccmarca, expuestas abiertamente; inclusive observo cómo se retiraban de la mesa de diálogo que ella presidia. Esto fue una alerta de la inviabilidad de llegar a acuerdos sostenibles.
Al final estas cuatro comunidades campesinas de Capaccmarca de la provincia de Chumbivilcas -al día siguiente de la mesa de diálogo-, han desconocido los acuerdos arribados en la mesa de diálogo, a través de un comunicado público, donde inclusive acusan al asesor legal Villa y al presidente del FUDICH, Wilber Fuentes, de direccionar las demandas sociales, buscando contratos de proveedor a través del servicio de camiones encapsulados, encargados del transporte del mineral, así como también del alquiler de camionetas 4X4, reduciendo la mesa de diálogo a temas estrictamente crematísticos, en desmedro de sus demandas primigenias, que tenían el consenso generalizado.
Si desde el premierato no consideran estas posiciones contrapuestas, de parte de las comunidades campesinas de Capaccmarca, como una alerta y menos entienden el contexto del corredor minero, se podría agravar la conflictividad social. Caso contrario podría ser una oportunidad para tener visos de solución a la beligerancia mostrada por estas comunidades y gestionar mejor los conflictos sociales a lo largo de la carretera e inclusive en la propia provincia de Cotabambas, lográndose la paz social, como condición de viabilidad de los principales proyectos mineros.
Ahora toda la responsabilidad recae en el gobierno, la empresa minera ha retomado sus actividades de explotación del mineral y se espera acciones inmediatas para apaciguar el ambiente de conflictividad, ya no solo en Chumbivilcas, sino también en la propia Cotabambas, en Apurímac, es la decisión que tiene que tomar Mirtha Vásquez.
(*) Ex congresista de la República
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.