Opinión

Prendan las luces

Por: Hans Berger

El campeón nacional de fútbol salió de los partidos entre Alianza Lima, ganador del apertura y Universitario de Deportes, ganador del Clausura. La final se disputó en dos encuentros, el primero jugado el 4 de noviembre en el Monumental y el segundo en el Alejandro Villanueva, el 8 de noviembre. Al tener mayor puntaje acumulado Alianza Lima escogió jugar primero de visitante y cerrar en Matute.

En ambos cotejos Universitario fue superior a su clásico rival, aunque el partido de ida terminó con un agónico empate a un gol por bando. En el segundo, la U se impuso por dos a cero. En la U se vio el compromiso de los muchachos y la sapiencia de su entrenador, el uruguayo Jorge Fossati que le ganó ambos duelos a su compatriota Mauricio Larriera que al mejor estilo de Juan Reynoso decidió ensayar un nuevo planteamiento en un partido definitorio.

Lo lamentable de esta final es que se ha dado más tema a lo extradeportivo que al fútbol. Luego del primer partido, pedían sanción para Ángelo Campos, arquero de Alianza, por ingresar al campo con una bandera de su club e indicando que era una provocación a la hinchada rival, mostrando una susceptibilidad extrema y quitándole la fiesta al fútbol, como también han hecho las autoridades al exigir que ambos cotejos sean disputados sólo con hinchadas locales. Un absurdo sin nombre. Cuántas veces hemos asistido a ver un partido con amigos que eran hinchas del equipo rival (rival, no enemigo) y la pasábamos de lo mejor. También se veía en el estadio a padres e hijos de equipos enfrentados en la cancha o hermanos en la misma situación. Hoy no dejan que estos familiares puedan asistir juntos.

Se ha cedido terreno a los malos hinchas en perjuicio de los buenos. Las autoridades están a tiempo de corregir este despropósito y sancionar adecuadamente a quién haya que hacerlo. En el segundo partido, la U ingresó al campo acompañada del ídolo José Luis “El Puma” Carranza y también dijeron que constituía una provocación a la hinchada aliancista…

Casi simultáneamente con el pitazo final de Edwin Ordóñez, de buena actuación, se apagaron las luces del Coloso de Matute, exponiendo al peligro a los más de treinta mil espectadores e impidiendo la vuelta olímpica y festejos de Universitario, que había conquistado su estrella número 27.

La U y Alianza lograron la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores y tienen tiempo suficiente para tomar las cosas en serio y potenciar sus equipos para realizar una campaña digna, sobre todo la U que jugará como campeón en el año de su centenario.

Es momento de “prender las luces” y darle alegría a sus hinchas.

(*) Periodista deportivo

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button