Opinión

Política, democracia y los partidos

Por: Omar Chehade Moya

A propósito de la tensa situación política que vive el país con enfrentamientos, choque de poderes, falta de una institucionalidad con partidos políticos en su gran mayoría precarios que hacen tener una democracia frágil, es bueno tener en cuenta el siguiente estudio para mejorar el difícil momento. Se ha dicho que no existe democracia sin partidos políticos, pues los partidos son instrumentos esenciales de las democracias para que el pueblo pueda participar en las decisiones que lo afectan a todo nivel. Un partido no es solo una referencia a ideas, es o debe ser un estilo de comportamiento en el tratamiento de los asuntos públicos, que englobe una constante formación, una solidez ética, debe ser también una permanente correspondencia entre lo que se predica y lo que se hace.

Un partido político es también fundamental para combatir las autocracias. El partido organizado, decidido, es algo a lo que sí respeta el poderoso, por ello todas las dictaduras o regímenes autoritarios tratan de desaparecer toda posibilidad de agrupación que exista en la sociedad y que pueda vincularse con el poder. El ideal de las dictaduras es el de enfrentar al individuo aislado. La plenitud de la vocación política se plasma a través de un partido político. Ahora, ¿cómo se construye un partido político? Se construye con la razón, con convicción, con voluntad, amor a la patria, pero sobre todo con perseverancia.

La razón es el arma superior del ser humano y es en la razón donde las improvisaciones son menos frecuentes y donde los saltos son menos acrobáticos. Es en la razón donde impera la justicia. Aristóteles decía que “la justicia no es otra cosa que la razón sin apetitos”. La convicción es una guía, una carta de navegación para quien pretende conducir un barco llamado nación. Séneca decía que “nunca hay buen viento para quien no sabe a dónde se dirige”. Políticos que se hacen candidatos sin saber lo que quieren. Las ideas y las convicciones hacen la lucha compartida, pues nadie se puede entregar a otro ser humano al punto de no estar seguro al lugar que se va, pues la palabra falta cuando hay ausencia de ideas.

Por ello la convicción permite resistir las tentaciones del oportunismo. Luego, la voluntad es el compromiso de la persona en la realización de una tarea, en la obtención de una meta. Un buen político tiene que sumar una férrea voluntad y determinación a su talento. Una buena idea sin voluntad es sólo un sueño. El amor a la patria es la condición imprescindible en el camino del éxito, porque significa que el Perú debe ser grande, rico y respetado. Significa más que hablar del Perú, vivir con él, integrarse con la nación.

Roma no se construyó en un día, pues la paciencia es imprescindible para reclamar las creaciones sólidas. Simón Bolívar, decía que: “Dios concede el triunfo a la constancia”. Bolívar que era un genio, nunca atribuyó sus éxitos a su inteligencia, sino a su constancia, a su perseverancia y tenacidad.

(*) Ex Vicepresidente y excongresista de la República

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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