Opinión

Plagio, copia y aporte de originalidad: La evolución de un delito

Por: Víctor A. García Belaunde

A mediados de febrero durante la campaña electoral de 2016, el candidato César Acuña brinda unas declaraciones al salir del Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral, justificando que su tesis no era plagio, sino una copia. Con aquella simpleza quería evitar que al tomar párrafos enteros de un texto del profesor Otoniel Alvarado no había cometido delito.

También por esa fecha Acuña se presentó en un programa conducido por el periodista Beto Ortiz, pidiéndole que defina su profesión de ingeniero químico. Su respuesta evidenció la falta de coordinación para construir una oración, además de perderse en vaguedades que guardaban sentido con lo que tenía que definir. Después de esta exposición pública, Acuña sencillamente dejó de brindar declaraciones a la prensa e inició una campaña para victimizarse, para finalmente ser excluido de la contienda electoral por regalar dinero.

De este episodio rescatamos para nuestra historia reciente lo dicho por Acuña ante a su salida del Tribunal del Pacto Ético sobre su tesis: “Las conclusiones y las recomendaciones son originales, lo cual es el objetivo de la investigación”.

El 1 de mayo del presente, el programa Panorama, hace pública la tesis del presidente Pedro Castillo quien comparte la coautoría con su esposa la señora Lilia Paredes, y ambos la sustentaron ante la Universidad Cesar Vallejo, el centro de estudios cuyo dueño es César Acuña. El documento llamado tesis fue presentado para optar el grado de magister con mención en psicología educativa, y el programa periodístico demostró que hubo plagio hasta en un 54%; no hay citas a pie de página; se copian textos sin coherencia entre párrafos; los validadores no existen y el asesor de aquella tesis dijo que no asesoró aquel estudio.

Todo indica que la llamada tesis Castillo – Paredes, solo es un grupo de textos sin concatenación que se encuentran unidos por las mismas hojas de papel que lo contienen, y que carece de algún aporte académico.

La Universidad Cesar Vallejo después de investigar el proceso de la tesis de Pedro Castillo y su esposa, concluye en haber descubierto que hay un 43% de similitudes pero que “mantiene su aporte de originalidad”. Es decir, la misma sustentación que Acuña realizó para evitar que se le señale como un plagiador.

Bajo estas directrices de la Universidad César Vallejo, cuya particularidad es la entrega de grados académicos al por mayor, ahora argumenta (tal vez por decoro), que los trabajos de sus graduandos solo pueden ser revisados con la autorización de sus autores; con ello ignora que los grados o títulos que entrega son a “Nombre de la Nación” y por su naturaleza son públicos y pueden ser revisados como así ocurre en otras universidades.

Hay dos asuntos fundamentales sobre la tesis Castillo – Paredes que aún se mantienen ocultos y que es imperioso conocer. El primero es conocer si el señor Castillo y su esposa usaron su grado de magister para lograr un aumento en su sueldo, y desde cuando se hizo efectivo dicho incremento salarial. Con ello se concluirá en conocer la fecha real de la elaboración de lo que llaman tesis. Y finalmente cual es el segundo idioma que Pedro Castillo y su esposa han declarado conocer y como lograron sustentarlo ante las autoridades universitarias. Veremos en los próximos días si se consagra la deshonestidad y el fraude académico, como base de la superación personal.

(*) Ex congresista

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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