Opinión

¡Piña!

Por: Antero Flores-Araoz

Existen personas que piensan de otras que los astros les son propicios y que nacieron cargados por la “suerte”. ¡Qué suerte la del profesor chotano, que sin haber tenido mayor preparación resultó presidente! ¡Qué suerte que muchos de los que pudieron haber votado por la contendora en la segunda vuelta electoral, no fueron a votar y ganó estrechamente el líder sindical magisterial!

Probablemente es tan suertudo que de jugar la Tinka se saca el premio mayor y si va a las carreras de caballos, la acierta a ganador y a place, pero siempre cobra.

Como nada es perfecto en esta vida, hay otros que lo consideran “piña”, que los astros le dieron la espalda, que cuando intentaba cumplir con su obligación y entregar a la Fiscalía los videos de vigilancia de Palacio, justo se perdieron los del día y lugares requeridos.

Es tan piña que, en el baño del Palacio de Gobierno, en zona reservada, se encontraron veinte mil dólares en el wáter y pese a ser buscado el dueño, nadie reclama el dinero. Olía mal.

Para que nadie observe a quienes lo visitan, lejos de recibirlos en Palacio, lo hace de noche en una casa de Breña y, es tan piña que la prensa lo filma. Quiere departir con sus amigos, pero ¡oh sorpresa!  son proveedores del Estado y contratistas de obras públicas. Para algunos ya eso es “recontrapiña”.

Cuando viaja a Estados Unidos y se reúne con empresarios, dándoles garantía de buen trato, en Lima uno de sus ministros anuncia cierre de ministerios. Aumentó la desconfianza y las inversiones decrecieron. Piña y más piña.

Se arma espectáculo para entregar más de cuatro mil millones de soles para combatir el cáncer, pero existe el cheque más no los fondos. ¡Piña! Lo descubrieron.

Cuando su disparatado premier anuncia su retiro, es tan pero tan piña que no consigue relevo y se tuvo que quedar con él.

Se despertó de buen humor anunciando su deseo de concertar con las fuerzas de oposición, pero es tan salado que su primer ministro le pone cabe y llama a la insurgencia.

Advirtió a su parentela que debería estar alejada del aparato público y se inhibieran de hacer cualquier cosa que lo perjudique. Pena, se encontró que todos los parientes eran sordos, nadie lo escuchó y todos o casi todos apadrinaban a proveedores y contratistas del Estado. Tan piña es que desearía ser hijo único, que su esposa también lo fuera, e incluso no tener sobrinos, empero, está rodeado de ellos, suponiéndose que quizás ya no los vea en Palacio de Gobierno sino en Palacio de Justicia.

Es tan, pero tan piña que ya se convenció que no debe tener ningún circo, pues seguro hasta le crecen los enanos. Le habían recomendado cambiar de giro y cultivar piña, pero ¡qué pena! La falta de urea que su ministro de agricultura no compró, causó la pérdida de la cosecha.

Todo en broma, pues de ser cierto, a llorar al muro.

(*) Ex congresista de la República

(*) Ex presidente del Consejo de Ministros

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