En cines continúa en cartelera la secuela de la clásica película ochentera titulada Top Gun de 1986, nuevamente protagonizada por Tom Cruise y contando con el regreso de algunos personajes clave vistos en el antecesor filme. En esta ocasión, el respetado Pete Mitchell alias Maverick tiene la misión de regresar a la academia de aviación conocida como Top Gun, convirtiéndose en el nuevo tutor de los nuevos aviadores de guerra de los Estados Unidos, quienes tendrán que desarticular a las tropas enemigas.
El filme dirigido por Joseph Kosinski, quien sólo cuenta con haberse encargado de tres películas, respeta la esencia de la primera entrega en cuanto al estilo visual, sonoro y musical, continuando adecuadamente la historia de los personajes ya presentados con anterioridad y asumiendo con éxito el reto de no usar imágenes computarizadas para las escenas de vuelo, habiendo instalado seis cámaras en el interior y cuatro en el exterior de cada nave, cámaras creadas exclusivamente por Sony para esta película siendo las naves cedidas por la Marina de Guerra de los Estados Unidos, este último punto similar a lo ocurrido con el antecesor filme. 
Los primeros minutos de la cinta nos va avisando que estaremos por presenciar momentos gratos y nostálgicos en los siguientes minutos, Tom Cruise logra desempeñarse bien sobre todo en los dos momentos más emotivos de la película, en cuanto a su relación con un viejo conocido y el temor que deberá afrontar por instruir a un joven ligado a su antiguo amigo. En cuanto a la historia, es sólida en toda la duración, inteligente y muy bien pensada, en donde se les brinda un desarrollo importante a los personajes centrales, logrando que nos interesemos por ellos para luego concluir con un desenlace lleno de incertidumbre y mucha acción. Quizá los únicos reproches que se le puede hacer al filme son el no presentar nuevas músicas emblemáticas como ocurrió con su antecesora y tener algunas similitudes con la anterior entrega en cuanto a la historia, aunque este último punto se puede considerar como un detalle menor e incluso se podría tomar como un tipo de homenaje al film original.
De esta forma, la nueva película protagonizada por Tom Cruise, quien vuelve a retomar este papel 36 años después, se convierte en el filme ideal para cualquier cinéfilo obteniendo nuevamente los clásicos temas de la cinta anterior y un estilo visual increíble que recuerda mucho a la película de 1986, teniendo como respaldo un guion muy bien pensado que logra conectarnos con los protagonistas, descubriendo sus aspiraciones y temores, que son correctamente concluidas en unas escenas de acción increíblemente magistrales siendo grabadas sin utilizar ningún tipo de CGI. La mejor película de acción de lo que va del año.
CALIFICACIÓN: BUENA 
