Opinión

No son ronderos, son terroristas

Por: Hugo Guerra Arteaga

El secuestro de un periodista de Cuarto Poder, de América TV, merece el repudio general; pero también una advertencia clara: los responsables no son ronderos, sino terroristas.

Eduardo Quispe es un reportero que el fin de semana hizo una denuncia muy grave sobre la corrupción del entorno familiar de Pedro Castillo. Demostró con imágenes precisas cómo la cuñada (también le dicen “hija no biológica”) del presidente estaba ofreciendo obras públicas a una comunidad campesina en Cajamarca, sin ser funcionaria del estado y, más bien, representante de una empresa contratista que ganó la licitación. Es decir, crimen documentado.

En represalia por la denuncia supuestos ronderos secuestraron al colega Quispe y a cambio de su libertad obligaron al canal televisivo a transmitir un audio con todas sus demandas sobre cuestiones sociales de su zona.

Jurídicamente en el Perú el secuestro está tipificado en el Código Penal. Artículo 152: “Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte ni mayor de treinta años el que, sin derecho, motivo ni facultad justificada, priva a otro de su libertad personal, cualquiera sea el móvil, el propósito, la modalidad o circunstancia o tiempo que el agraviado sufra la privación o restricción de su libertad. La pena será no menor de treinta años cuando: 4. El agraviado es secuestrado por sus actividades en el sector privado”.

Personalmente creo que el crimen en este caso es agravado porque los ronderos han dejado de serlo y se han convertido en terroristas. El artí- culo 288 A. Del Código Penal precisa: que terrorista es “El que, con propósito de provocar o mantenerse un estado de zozobra, alarma o terror en la población o un sector de ella; cometieron actos que pudieren crear peligro para la vida, la salud o el patrimonio de las personas…”.

De Castillo y su primer ministro no podemos esperar nada, pero el nuevo ministro del Interior, Mariano González, no debe manchar sus credenciales democráticas y está obligado a cazar, detener y procesar a esos terroristas; y si oponen resistencia debe usar las armas para deponerlos. La democracia se defiende y nunca olvidemos que el único terrorista bueno (para nada) es el terrorista muerto.

En cuanto a Eduardo Quispe mi solidaridad plena. Sobre América TV, entiendo humanitariamente que aceptara la extorsión; pero no la comparto. Con el terrorismo no se negocia. Y cuando se cede ocurre lo que lograron los fundamentalistas islámicos del ISIS: degollar a sus secuestrados ante las cámaras de televisión. Pésimo precedente.

Aquí no vamos a permitir más violencia subversiva y comunista. Y que entienda claramente el gobierno comunista que permite esto, que está creando milicias y que pisotea la libertad de expresión: nos está empujando al peor de todos los escenarios, una eventual guerra civil.

(*) Analista político

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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