Opinión

“No manches”, Viña del Mar

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En México, “no manches” significa “no digas mentiras”. Eso es lo que dijo el cantante mexicano Eddy Valenzuela cuando escuchó el extraño y sospechoso fallo del jurado que lo dio como ganador de la Gaviota de Plata en Viña del Mar y relegó al tercer lugar a la peruana Lita Pezo, quien era la favorita y, para muchos periodistas especializados, incluso mexicanos y chilenos, fue la verdadera ganadora. No es la primera vez que ocurren estas injusticias en los festivales musicales, pero nunca antes se ha visto un caso tan escandaloso como el ocurrido en el último Viña del Mar.

En sus actuaciones previas, Lita Pezo había derrotado a sus contendores con arrolladores puntajes que pasaban de 6, además de conquistar los aplausos del temido “Monstruo de la Quinta Vergara”. Sin embargo, la puntuación final secreta del jurado llegó a apenas 2.7.

Un resultado absurdo e injusto. Uno de los casos más emblemáticos de fraudes en estos eventos musicales se dio en 1970 en Ciudad de México, cuando José José, en los inicios de su carrera, participó en el Festival de la Canción Latina —años después pasó a llamarse Festival OTI de la Canción— con el tema “El triste”, de Roberto Cantoral. El jurado dio como ganadora a la brasileña Cláudya con su tema “Canção de amor e paz”, mientras que segunda quedó la venezolana Mirla Castellacos con “Con los brazos cruzados”. José José fue relegado al tercer lugar, como ocurrió —salvando las distancias— hace unos días con la peruana Lita Pezo.

Años más tarde, José José se convirtió en uno de los más importantes intérpretes de la canción romántica y “El triste” es uno de sus temas más celebrados. Hasta el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recordó recientemente que, en ese festival de 1970, a José José le robaron el premio de manera “vil e indescriptible”. Por cierto, si bien el Ministerio de Cultura peruano felicitó a Lita Pezo y le ofreció su respaldo, pocos congresistas se solidarizaron con ella.

No obstante, el presunto robo a Lita Pezo fue más escandaloso aún, pues si sus puntajes previos fueron de 6.1 y 6.5, el resultado final de 2.7 no resiste ningún fundamento lógico ni matemático, criterios más exactos que una decisión llevada por la preferencia, simpatía o gusto, en los que más cuenta la subjetividad, de cada uno de los miembros del jurado.

Lita Pezo ha tomado el asunto como gajes del oficio y volvió al Perú con la frente en alto. Una multitud de personas fue a recibirla al aeropuerto. Para el Perú, ella es la verdadera ganadora. Y eso es lo más importante. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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