No hay solución

Paolo Guerrero llegó ayer a Lima para definir su futuro. A diferencia de días anteriores en que desde Brasil tomó una actitud confrontacional hacia los directivos del club César Vallejo, la postura de Paolo Guerrero fue ayer más calmada. No vino con la pierna en alto.

“Yo tengo una definición. Vengo para conversar. Hay (una reunión con Richard Acuña). No se trata de eso (sobre viajar a Trujillo). He venido a conversar primero”, fue lo primero que declaró Guerrero a un reportero de Latina, a su salida del aeropuerto internacional Jorge Chávez.

Horas después, el goleador y su abogado Julio García se reunieron con el presidente del club poeta, Richard Acuña, en la casa de este en el distrito de San Isidro. Allí intentaron resolver la situación contractual. La reunión, en la que participó también el presidente de la FPF, Agustín Lozano, fue cordial. Se aclararon varios puntos que generaron polémicas en los últimos días.

“Guerrero escuchó la postura de Vallejo de respetar el contrato y darle todas las condiciones para que juegue en Trujillo. Y en ningún momento, en esta primera reunión, pidió la resolución del contrato”, contó el periodista Gustavo Peralta en su cuenta de X. Pero no se logró un acuerdo, dejando a Guerrero en una posición incierta.

A las 7:00 p.m., ambas partes volvieron a reunirse por segunda vez, pero en la casa de doña Peta, también en San Isidro.

Por la mañana, la llegada de Guerrero, junto a su pareja Ana Paula Consorte, al mediodía causó gran alboroto entre los hinchas y la prensa en el terminal aéreo. Algo que no se había visto ni cuando llegaba con la Bicolor.