Opinión

Mes del trabajador en las escuelas

Por: David Auris Villegas

¿Cómo podemos rendir tributo a los mártires de Chicago de 1886 quienes, con su reclamo de 8 horas de trabajo, marcaron un hito en la historia de los derechos laborales de la humanidad, lo cual consolidó al 1 de mayo, como el Día del Trabajador? El mejor tributo a esa memoria combativa es abrazar la educación de por vida. Para ello, las escuelas juegan un rol importante en mentalizar a los estudiantes que, solo con un trabajo innovador, duro, justo e inteligente, progresaremos como individuos y, de esta manera, desarrollaremos a nuestros países.

En el ámbito académico, comprendamos que el valor de la educación rigurosa en la formación de los estudiantes es clave para hacer del trabajo una cultura de vida hacia la prosperidad. Hace medio siglo, el líder chino, Deng Xiaoping, dijo que solo abrazando la ciencia y la tecnología podremos generar desarrollo. Esto sígnica que, más allá de las pancartas y discursos sobre el Día del Trabajador, es imperativo impulsar una pedagogía del esfuerzo basado en la investigación científica, si aspiramos una sociedad del bienestar, como está logrando China.

Desde diversas perspectivas, es importante debatir en clases, sobre los derechos laborales, con el fin de que los estudiantes comprendan su función en la sociedad y más tarde, fomenten la equidad en el trabajo. Por otra parte, es fundamental desarrollar su liderazgo, la comunicación efectiva y la capacidad de resolver conflictos, adaptándose a las nuevas tendencias de trabajo en constante evolución. Empoderarlos de una ética sólida que contemple la puntualidad, la responsabilidad y el compromiso, constituyen un patrimonio invaluable en la vida de las personas, según la experta Adela Cortina.

Asimismo, la planificación de actividades extracurriculares, como clubes de ciencia e investigación de problemas reales en grupo, les impulsará a que, en la búsqueda de la solución, apelarán al esfuerzo colaborativo que es el espíritu de todo trabajo transformador. De esta manera, los estudiantes comprenden que, solo trabajando en equipo, podrán desarrollar y transformar su realidad en nombre del bienestar general.

Si no cultivamos una cultura del esfuerzo pedagógico e innovador en las escuelas, correríamos el riesgo de forjar una generación de individuos incapaces de superar los obstáculos del mundo contemporáneo, cada vez más competitivo. A pesar de que somos un país de emprendedores, estamos alejados del progreso sostenido, desgraciadamente, debido a una de educación poco exigente que no contribuye al desarrollo.

En la escuela, en honor al Día del trabajador, inoculemos en la mente de los estudiantes la cultura del esfuerzo y trabajo creativo, emprendedor e investigador, con el objetivo de generar una prosperidad compartida.

(*) Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP. 

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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