Opinión

Marchar sin saber el porqué

Héctor Luis Santivañez Cotera

Hace algunas semanas atrás fuimos testigos de protestas en la calle, actos vandálicos y terroristas. Los distintos medios de comunicación, en el cumplimiento de sus funciones, buscaban averiguar el porqué de ‘salir a marchar’, solo para encontrarse muchas veces con respuestas sin sentido y personas sin un objetivo claro, mostrando desconocimiento e ignorancia de su presencia ahí.

Sabemos que detrás de esa actitud de protesta, las personas tienen una visión inconforme de las normas, las leyes y del funcionamiento de la democracia, teniendo como resultado la exposición de vidas humanas con lamentables fallecimientos en distintos puntos del país, tanto de los que reprimen como los que son reprimidos.

La visión objetiva de la creación de un Estado es que la sociedad que lo conforma debe ser parte de sus leyes y normas; sin embargo, vemos que los grupos violentistas justifican su accionar en el uso de la violencia como un medio para cumplir sus objetivos. Peor aún, es ver que los líderes de países vecinos pierdan esta perspectiva estadista por el tipo de ideología que tienen, permitiendo la violencia como toma de poder e irrumpiendo en las formas democráticas de convivencia social, pacífica y de respeto.

Dentro de este gran contexto, surge una necesidad: el compromiso que deben tener las organizaciones políticas dentro de sus idearios, y, a su vez, está la oportunidad por explorar el fomento de las escuelas políticas, en donde se preparen tanto jóvenes como adultos, que brinden los conocimientos básicos y herramientas del Estado con objetividad, racionalidad y fin común.

Así, las organizaciones y sus militancias deberían estar al servicio de la nación (no viceversa), rigiéndose bajo la premisa del artículo 1 de nuestra Constitución, que a la letra dice: Artículo 1 – Defensa de la persona humana: “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”.

Como ejemplo, tenemos a la Fundación Konrad Adenauer, que viene trabajando una escuela de formación política denominada “Millenials para el Cambio”, que tiene como principal objetivo el promover una participación política formada, informada, crítica y reflexiva, basada en la transparencia y la rendición de cuentas a los ciudadanos, potenciando el liderazgo de agentes de cambio para renovar la participación política mediante la innovación y el ejercicio de buenas prácticas.

Es relevante, en estos tiempos, recuperar el prestigio de la política como vocación de servicio, brindando la oportunidad a la red de jóvenes políticos que tenemos, orientados a la búsqueda de soluciones que multipliquen sus conocimientos.

Consideremos este trabajo como parte de un compromiso en el accionar político, para que en un futuro no muy lejano sepamos porqué protestamos y porqué marchamos

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