Opinión

¿Mala praxis o complicidad?

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Luego de ser capturados en medio de una balacera en la que cuatro policías resultaron heridos, los dos cómplices de “Maldito Criss” se trazaron un plan: “Evitar ir a la cárcel y luego, una vez en la calle, fugar a otro país”. Los dos lograron el primer objetivo, pues María del Socorro Abad Tandazo, entonces fiscal provincial de la Novena Fiscalía Penal Corporativa de Lima Norte, les concedió la libertad. Ahora se sabe que uno de ellos fugó a Chile, donde difícilmente lo alcanzará el brazo de la justicia peruana. Todo por culpa de una fiscal que no aplicó la ley.

Los cómplices de Christopher Fuentes Gonzales (24), alias “Maldito Criss”, el delincuente venezolano que asesinó a un sereno en Surco, con sus compatriotas Danny José Marcano Andrade (28), “Danielito”, y Alvin Daniel Vargas García (24). Según la prueba de absorción atómica, ambos dispararon armas de fuego en el enfrentamiento a balazos con detectives de la Dirincri, la tarde del 16 de junio, cuando “Maldito Criss” fue abatido. En el tiroteo quedaron heridos de bala cuatro policías.

En el auto que manejaba “Danielito”, los agentes encontraron un revólver con el número de serie erradicado. Este sujeto había sido detenido en marzo del 2021 en un búnker en Chaclacayo, en una fiesta de homenaje al hampón venezolano Wolfgan Guevara Blanco (25), “Wolfita”, abatido cuando robó celulares en San Martín de Porres.

Alvin Vargas, quien acaba de fugar a Chile, también es una “joyita”. Hasta antes de la balacera del 16 de junio, fue detenido en Perú hasta en cinco oportunidades, entre los años 2021 y 2023; en cuatro de ellas por los delitos de uso ilegal de armas de fuego y microcomercialización de diversos tipos de drogas. También es uno de los nueve venezolanos arrestados en una casa de la playa Los Pulpos, en Lurín, donde hubo la fiesta en la que participó “Maldito Cris”, que pudo escapar esa vez por un dato filtrado posiblemente por alguna autoridad.

“Maldito Criss”, quien también asesinó a un policía, ya había sido tratado con mano blanda coincidentemente por el mismo despacho, que lo dejó libre en abril del 2022 pese a haber sido capturado con 16 celulares robados y una pistola.

Si una mala fiscal deja en libertad a dos delincuentes con semejante prontuario y que son un peligro en la calle, podemos imaginar cómo procede con un ladrón, estafador, violador o asesino, cuya víctima es un ciudadano de a pie y no tiene a la prensa vigilante porque no se trata de un caso mediático. Podemos imaginar, también, cuántos culpables están libres y cuántos inocentes están injustamente en prisión por decisiones que fluctúan entre la mala praxis y la complicidad. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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