Opinión

Los votos para la vacancia

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El presidente Castillo tenía dos opciones, tratar de convencer a la oposición o disolver el Congreso. El premier Aníbal Torres, incluso, afirmó que ya había tomado esta decisión, pero que se cambió de parecer a última hora para dar una “última oportunidad” de concertación. Hace una semana, el Jefe de Estado luego que el Gabinete logró la investidura, intentó —sin conseguirlo— cerrarle el paso a la admisión de la moción de vacancia presidencial, al anunciar que se presentaría en el Congreso. El mensaje que dio el último martes tiene ahora, como segundo objetivo, evitar que el lunes 28 de marzo la oposición logre los 87 votos que necesita para conseguir la vacancia presidencial.

Estos tires y aflojes, vaivenes y escaramuzas de la política peruana, con mociones de vacancia, intentos de censura, etc., que resultaron ser solo balas de salva y tiros al aire, solo han dejado a algunos congresistas y opinantes despeinados y con la garganta seca y adolorida de tanto discursear, pero al final las cosas quedaron como estaban al principio. Todo hace indicar que el día en que se vote la moción de vacancia, cuando ya los 130 congresistas se hayan pronunciado, los llamados “vacadores” muerdan el polvo de la derrota gracias a un cúmulo de actos de buena fe, falsas esperanzas y, tal vez, los acuerdos bajo la mesa, que casi nunca faltan en este tipo de coyunturas.

Ha ocurrido antes. Todas estas tormentas suelen transformarse en ventiscas para luego dar paso a la quietud, que no es necesariamente síntoma de paz. Ello habrá demandado horas y días de infructuosas coordinaciones, debates, ataques, defensas y contraataques, tiempo perdido pagado con dinero de los impuestos de todos los peruanos, mientras que los sectores claves como el de economía, educación y salud, todos aún en crisis, funcionan solo a media caña porque sus funcionarios están distraídos en la coyuntura política.

El Gabinete que preside Aníbal Torres consiguió la investidura con 64 votos a favor, 58 en contra y dos abstenciones, equilibrio de fuerzas que es más o menos el real. Luego, la moción de vacancia se admitió con 76 votos a favor, 41 en contra y 1abstención. No es una cifra que deba entusiasmar a la oposición, pues con su votación a favor, los “niños” vapuleados y varios “amigos del Gobierno —sinceros y de los otros—, solo trataron de “lavarse la cara” o poner a prueba al presidente Castillo. Así, es difícil que se logren los 87 votos para la vacancia. Porque lo digo y escribo siempre lo firmo.

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