
Los congresistas no están prohibidos de viajar al extranjero, especialmente los que representan a los peruanos que viven fuera del país. Sin embargo, el problema está en la razón, causa o circunstancia, como decía el profesor Jirafales, de estos viajes. Es decir, si el motivo es en beneficio personal o partidario y no por los intereses del país, los parlamentarios no tendrían por qué viajar. Tampoco si el viaje pone en riesgo la imagen y las buenas relaciones del Perú con otros países, como aquellos que enfrentan un conflicto bélico o una disputa de otra índole que tenga repercusión internacional.
Por lo menos 11 congresistas viajarán hoy a Moscú para participar en la Conferencia Parlamentaria Internacional Rusia-América Latina. En otros tiempos, aunque estos legisladores solo pertenezcan a bancadas de izquierda, centro y centro izquierda, este viaje no llamaría la atención, pero resulta que Rusia protagoniza una sangrienta guerra con Ucrania, país al que invadió el 22 de febrero del 2022 por la región del Dombás, pero con el que sostiene una conflagración que empezó el 2014 por la anexión de Crimea.
El principio de imparcialidad y neutralidad se impone. Un viaje de más de una decena de congresistas peruanos estaría avalando la invasión de Rusia a Ucrania, países que, por cierto, nos abastecen de abundante materia prima e insumos, así como de productos manufacturados. Por esa razón, el presidente del Congreso. Alejandro Soto, se curó en salud, precisó que el viaje es a título personal y sin asignación alguna de recursos económicos o logísticos por parte de dicho poder del Estado. Además, se solidarizó con Ucrania. Habría que preguntar si es correcto que tantos congresistas, luego de realizar la cuestionada semana de representación, viajen al exterior y dejen sus labores legislativas. Aunque, claro está, el reglamento del Congreso es un zafarrancho, pues permite hasta que los congresistas pidan licencia por ocho meses y se muden al extranjero, pero voten en las decisiones legislativas de su conveniencia.
Las críticas contra el mencionado viaje se justifican, pero llama la atención que, cuando algún congresista de derecha viajó a España, para sostener reuniones políticas e ideológicas con la fundación Vox, no se haya puesto el grito en el cielo pese a que los gastos sí fueron pagados por el Legislativo. Hay que decir las cosas como son, sin sesgos, con la verdad y sin miedo a que digan que “te vas por la izquierda” o “te vas por la derecha”. Aquí somos honestos, no nos casamos con nadie. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.