Finalmente, el Congreso le dio el voto de confianza al peor, el más mediocre e impresentable gabinete ministerial de la historia republicana. Un gabinete lleno de acusados de todo tipo de crímenes, ignorantes, gente sin ninguna experiencia ni preparación para los cargos que ocupan, un grupete de improvisados y anodinos malhechores dispuestos a todo por imponer su ideología insana y medrar del Estado.
No diré, como muchos políticamente correctos, que hay excepciones, que Maurtua o que Francke… ¡Nada! El que acepta subirse al coche de este gobierno merece el mismo trato, se hacen cómplices de los Dinámicos del Ejecutivo.
Bellido, uno de los más insignificantes, ordinarios y despreciables políticos peruanos de nuestra historia, llegó al Congreso con su típica sonrisa socarrona, sin corbata, en una actitud de desprecio por las instituciones El inicio de su intervención en quechua tenía el único objetivo de provocar. Era evidente que al no entender nada, alguien reclamaría. Entonces vendría, tal como vino, la típica victimización de la izquierda.
De inmediato salieron desde Sigrid Bazán hasta Fernando Carvallo a cantar en coro: ¡Cholo soy y no me compadezcas…! Hecho el numerito del quechua intentó otra provocación: sacó una bolsa de hojas de coca y se puso a masticarlas con mirada bovina, imitando exactamente lo mismo que hizo el narco-pedófilo Evo Morales en la Asamblea General de la ONU algunos años atrás. Esta vez felizmente nadie cayó en la trampa y no hubo victimización.
En su presentación soporífera Bellido trató dorar la píldora con un mensaje de apariencia centrista y calmar así un poco las aguas. Podía haber dicho cualquier cosa, finalmente los votos infames e imperdonables de Acción Popular y Alianza para el Progreso ya estaban “arreglados”, quedará para la historia esa traición. Serán estos votos de los Judas de la política los que recordaremos cuando la patria languidezca ante las tropelías y los crímenes comunistas.
Será entonces tarde para explicaciones y arrepentimientos. Todo lo que Bellido expuso y luego ratificaron sus ministros ha sido un juego de palabras, una ilusión, parte de un delirio que no se ajusta a la realidad. Lo real lo están manejando en la sombra Sendero Luminoso, el MOVADEF, el CONARE, Cerrón, Najar, Bermejo, Castillo. Esa banda que ha secuestrado al país a la que hemos bautizado por analogía como los Dinámicos del Ejecutivo.
El gobierno llegó al congreso con ventaja: si este les negaba la confianza lo tenían en capilla parta la segunda negación y su disolución. Si se la daba, tal como ha sucedido se fortalecía el ejecutivo. Pero este fortalecimiento es temporal, responde a una victoria pírrica. De momento quedan todos los ministros. Los medios se van calmando.
El Congreso indolente está domado. La farra populista en marcha y la ruina del país en camino. Ante todo, esto corresponde ahora a la sociedad expresarse, tomar las calles sin tregua e invadir las redes sociales con millones de post para propiciar la vacancia del indecible Castillo y sus cómplices.
(*) Analista político
