Opinión

La mentira no tiene justificación

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Una gran contradicción encierra la frase “el periodismo no se hace para ser imparcial, el periodismo se hace para decir la verdad”, pronunciada por Gilberto Hume, director periodístico de América TV y Canal N. Si un medio se “parcializa” con la mentira, como está ocurriendo con frecuencia, ¿cómo entonces podrá decir la verdad? Alegar que el periodista tiene licencia para no ser imparcial es, en realidad, un pretexto para justificar la media verdad o la mentira.

La Real Academia Española (RAE) define la imparcialidad como “falta de designio anticipado o de prevención a favor o en contra de alguien o algo, juzgar o proceder con rectitud”. Para que haya esta neutralidad en el periodismo se tienen que dar una serie de elementos que difícilmente se logran. Ser imparcial significa no ser prejuicioso, ser justo y equilibrado. Es difícil ser imparcial, objetivo y equilibrado, pero sugerir que ser parcializado conduce a la verdad es una perogrullada.

El recordado periodista colombiano Javier Darío Restrepo, autor de unos treinta libros sobre ética periodística, decía que la “objetividad clínica y total” es prácticamente imposible, pero que sí podemos aspirar a un valor superior: la honestidad. “Como punto de partida hay que aceptar el hecho real de que la objetividad total es imposible. Y debo agregar otro adjetivo: es pretencioso creer que uno puede ser objetivo. Y esto porque la verdad absoluta está fuera del alcance de los humanos. Lo real es que el humano siempre está empeñado en la búsqueda de la verdad, sin alcanzarla”, afirmaba Restrepo.

James Nachtwey, ganador del Premio Princesa de Asturias de Comunicación 2016, se refirió una vez al tema: “En su sentido más puro, el periodismo es imparcial, pero la imparcialidad hacia los hechos no es lo mismo que ser neutral en un conflicto. La narrativa nos puede llevar a simpatizar con un lado o con otro, pero no justifica la desinformación o distorsionar los hechos, que sería hacer propaganda, no periodismo”.

Recurrir a la parcialización, como sugiere Hume, para distorsionar los hechos y favorecer a una persona o un grupo -sucede con frecuencia y más en los últimos tiempos en el Perú- conlleva necesariamente a la mentira. Y eso no es periodismo con ética, responsabilidad, principios y decencia. De ninguna manera podemos justificar la parcialidad so pretexto de conseguir la verdad. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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