López Aliaga no se guardó nada. En una entrevista frontal con René Gastelumendi, uno de los íconos de la prensa meliflua y adicta a la caviarada, llamó a las cosas por su nombre, o como él suele decir: “lo dijo con todas sus letras”.
Todo lo que nos vendieron como la reconstrucción con cambios y todo lo que se hizo para supuestamente prevenir los desastres naturales relacionados con lluvias, inundaciones y los llamados huaicos, fue una farra de la corrupción, un robo descarado. Desde la ladrona Susana Villarán, pasando por PPK, Vizcarra y Sagasti, todos se han robado el dinero que había para prevenir la situación que hoy vivimos. Tampoco se han librado de sus duras críticas Muñoz y Romero, sus antecesores en la municipalidad.
El alcalde de Lima habló de más de veinte mil millones de soles supuestamente utilizados en la prevención de los desastres. Si esto se hubiera usado correctamente no tendríamos las imágenes que hoy tenemos de medio país sumergido en la tragedia.
La gente lo escucha y le cree, porque se recuerda al mitómano lagarto Vizcarra anunciando que todas las ciudades del norte tendrían alcantarillados y sumideros luego de la reconstrucción, porque ya se sabe que todos esos millones se esfumaron en “consultorías”, porque recuerdan al corrupto Kuczynski en el sauna del Golf de San Isidro mientras se repartían casas de cartón a los damnificados, porque recuerdan al melindroso Sagasti envuelto en pañuelos de seda repartiendo canonjías y prebendas a los caviares, porque nadie puede olvidar a Susana Villarán rodeada de la farándula progre cruzando los brazos, mientras por lo bajo recibía millones de dólares de Odebrecht y porque también es fácil recordar que en las últimas campañas electorales el único que enfrentó a Graña, a Odebrecht, a OAS y a los genuflexos empresarios mercantilistas de la CONFIEP fue López Aliaga.
Pero a los progres y caviares no les gusta la verdad. Han iniciado de inmediato una intensa campaña contra López Aliaga. Incluso ya algunos hablan de juntar firmas para su vacancia.
No quieren que siga su exitosa campaña de voluntarios, no quieren que siga llevando maquinarias y limpiando los cauces de los ríos, no quiere que trabajando de la mano con el sector privado reconstruya el país. No quieren nada de esto porque a las izquierdas les conviene el atraso, cuanto más pobres mejor. Los pobres son fáciles de engañar y manipular.
Pero para desgracia del rojerío corrupto y para bien de Lima y del Perú, Rafael López Aliaga es una máquina trabajando. Está inaugurando comedores populares, movilizando miles de jóvenes voluntarios para limpiar las zonas afectadas, ha propuesto declarar zonas intangibles las quebradas del país para evitar la construcción de casas es esos espacios de alto riesgo, ha repartido miles de kits de ayuda humanitaria, ha creado albergues temporales para acoger a las familias damnificadas, ha multiplicado los hospitales de la solidaridad y cada día viene incrementando las labores de prevención.
Piensen bien los vacadores que en el absurdo y supuesto negado que lo llegasen a vacar en este momento de alza y crecimiento, en realidad le hacen un gran favor.
(*) Analista político
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