Hace un tiempo estuve de paso en Argentina para ver un concierto, y por comer demasiada carne y tomar tanto vino fui a parar a un hospital de la zona de San Isidro, tras la revisión médica me hicieron llenar un cuestionario de 50 preguntas relacionadas con mi calidad de vida.
El test de 50 ítems está relacionado con cómo te sientes en tu grupo familiar, dónde y con quién vives, etc., esta información se estudia y los resultados permiten conocer si tus relaciones interpersonales son positivas o no, si tienes amigos verdaderos, por ejemplo.
A propósito de ello, empecé a indagar y descubrí que a la felicidad médicamente se le llama bienestar subjetivo percibido y es medido en el mundo entero, ya que cada persona tiene distintas condiciones de bienestar de acuerdo a su calidad de vida, que NO es lo mismo que nivel de vida; este último es por ejemplo cuando tienes un millón de dólares en tu cuenta, y calidad de vida es si disfrutas lo que tienes. Así entendí que la calidad de vida es la diferencia entre tu expectativa sobre lo que deseas de la vida y tu realidad vivencial, y si la diferencia es muy alta, esa diferencia determina una baja calidad de vida y viceversa. Dicho esto, entiendo que somos seres emocionales con capacidad de razonar.
Entonces, ¿Cómo lograr la felicidad?, ¿Qué factores inciden en ella?, quizá y para tratar de acercarnos a una respuesta, una de ella podría ser el cultivar buenas relaciones interpersonales, ya que eso nos mantiene más sanos y felices; pero también hay factores que nos destruyen y matan, como por ejemplo la soledad y el orgullo. Empero, un estudio de la Universidad de Harvard que incluye médicos de todas las especialidades de la salud física y mental, nos alerta que las relaciones tóxicas inciden en nosotros con la misma fuerza, en la enfermedad y en la tristeza.
Entonces podemos concluir que, las relaciones cercanas, profundas, auténticas, sinceras y de amor, son el verdadero secreto, la verdadera clave para llegar a ser feliz. Ojo que las relaciones no son fáciles, son complicadas, complejas, considerando que somos criados de manera diferente y venimos con algunas cicatrices. Requieren esfuerzo y dedicación. Trabajo constante, habilidad, empatía, inteligencia emocional, pero sobre todo compromiso, algo que muchas personas no están dispuestas a ofrecer. Gonzalo Elías, añade un ítem muy importante a este estudio, que, si bien algunas relaciones como las familiares no las elegimos, nos toca hacer lo mejor posible para que sean buenas; pero las relaciones de amistad, y sobre todo las de pareja, sí dependen de nosotros. Entonces, ¿Qué puede afectar más tu vida, más que tu pareja? Si bien, como dice Elías, las relaciones se deben trabajar y cultivar, habría que escoger, en la medida de lo posible, a una persona noble, generosa, empática, alegre, amorosa y ser lo que buscamos en el otro.
Dicen que las personas más felices están alrededor de los 20 años, son jóvenes ilusionados con el futuro, con sueños deseosos de cumplir y un mundo lleno de posibilidades para que construyan una vida bonita; pero, que el verdadero bienestar está entre los 60 y 70 años porque las personas a esa edad ven las cosas con mayor sabiduría por todo lo vivido, y saben que lo más importante es el hoy. Yo que estoy en la mitad de ambas, miro con alegría y esperanza la posibilidad de casarme con esa persona que yo sé, aún me ama mucho y espero que para siempre.
*Periodista y sociólogo
