Opinión

La desunión debilita

Por: Antero Flores-Araoz

Desde muy temprana edad hemos escuchado dichos populares que encierran gran conocimiento del comportamiento humano, algunos de ellos originarios del imaginativo social, mientras otros fueron creados con fines comerciales. Entre los primeros tenemos por ejemplo “la unión hace la fuerza” mientras en los segundos recordamos “luz que apagas, luz que no pagas” o “más vale tener un seguro y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo”.

La historia nos enseña que, en las confrontaciones bélicas, desde la antigüedad se usaban las alianzas para enfrentar a enemigos comunes y que, cuanto más fortaleza tuviesen las alianzas había mejores posibilidades de salir victoriosos.

En la política ha sucedido lo propio, tan es así como que la prevalencia de la realidad llevó a que las legislaciones regulasen la constitución, acción y también culminación de las alianzas.

Debido a la globalización y a la inmediatez de las comunicaciones, cada día el llamado centro político cuenta con muchísimos integrantes y agrupaciones políticas bastante similares, que comparten no solo el espacio sino el pensamiento, siendo sus diferencias más “matices” que otra cosa. Además, los extremos de la brújula política, esto es izquierda y derecha, con menos partícipes, pero que con el resultado de la falta de unión del sector centro, muchas veces llevan la voz cantante e incluso ganan elecciones.

Lo señalado nos tiene que llevar a pensar que, si bien como hemos recordado, la unión hace la fuerza, la desunión debilita, de lo cual en el Perú hemos sido testigos sobre todo en las últimas elecciones generales, en que individualismos, falsos orgullos, así como también apetencia gubernamental, han llevado a resultados por lo menos no esperados y para muchísimos no queridos. La realidad sería otra, si es que hubiese habido voluntad de unidad.

Ahora nos encontramos ante la convocatoria a elecciones regionales y vecinales y si bien las primeras tienen mayor componente político, las segundas deberían ser netamente vecinales, pero lamentablemente son conducidas por una locomotora que son las diferentes regiones que jalan a los vagones provinciales y distritales, para hacer un símil muy utilizado en el argot político.

Bueno pues, las cosas no son siempre como debieran ser o como quisiéramos que sean y, ya estamos observando la falta de vocación de unión para forjar alianzas, entre las organizaciones políticas que participarán en las próximas contiendas electorales de octubre.

Parecería ser que nada hemos aprendido y la falta de voluntad para las alianzas que hemos advertido, puede llevarnos al desastre. Todavía no hay procesos internos, pero ya precandidatos de una misma organización critican los afanes de sus competidores y ni que decir, cuando los precandidatos pertenecen a distintas organizaciones, en que las críticas se convierten en franca denostación, que a veces son seguidas de burla cuando no de insultos y hasta de acusaciones que no han sido siquiera investigadas.

Ojalá las cosas cambien y no se siga confirmando otro antiguo dicho, en el sentido que el ser humano es el único que se tropieza con la misma piedra.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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