Opinión

Retroceso en pobreza

Por: Jorge del Castillo Gálvez

En julio del 2006, cuando entramos al gobierno encontramos un nivel de pobreza en la población cercana al 50%. Nuestros planes de gobierno estimaban que podríamos reducirla en 10 puntos, o sea 40%, pero en su discurso de instalación en el Congreso el presidente Alan García señaló que la meta sería 30%, es decir amplió el objetivo poniéndonos una valla más alta que la prevista, pero lo tomamos como un reto difícil pero que había que asumirlo y tratar de cumplirlo.

Según los estándares internacionales, el nivel de pobreza monetaria estaba determinado por el ingreso cuando no pasaba de tres dólares diarios y la pobreza extrema por un dólar diario.

Es la situación de millones de peruanos. Desplegamos una política económica dirigida por el ministro Luis Carranza, que en relativamente poco tiempo permitió al Perú acceder al denominado Grado de Inversión de acuerdo a varias agencias internacionales de calificación.

Los niveles de crecimiento de nuestra economía alcanzaron cotas de 6, 7, 8 y 9% con lo que obtuvimos una notable generación de empleo que es el mejor mecanismo de redistribución social.

Designamos a Julio Velarde en la presidencia del BCR reafirmando el factor confianza, aumentando nuestras reservas a niveles que nos permitieron aguantar el embate de la crisis económica internacional el 2009 y recuperar un crecimiento de 8% al año siguiente.

Encontramos decenas de programas sociales, algunos repetitivos y muy poco competentes, eran más de 80 y los redujimos a 22 para hacerlos más eficientes, objetivo que logramos.

Inclusive ampliamos el programa JUNTOS y establecimos la Estrategia Nacional CRECER que lanzamos en el distrito de Huacar en Huánuco y que rápidamente extendimos en Ayacucho, Apurímac y Huancavelica y a nivel nacional.

Se impulsó Agua para Todos y Electrificación rural que llegaron a más de tres millones de nuevos usuarios. El agua potable y la luz para los pobres es como sacarlos de la edad de piedra a la modernidad. Recibir el agua en el caño de tu casa y no tener que cargarla en baldes que se transporta en camiones contaminados es una diferencia radical no solo en la calidad sino en el precio.

Así se eliminan la fuente de la anemia y enfermedades estomacales. La electricidad les permite que los escolares estudien con luz artificial y no con velas o equipos de petróleo peligrosos de causar accidentes trágicos y las amas de casa conserven sus alimentos refrigerados.

Todo esto permitió que bajáramos la pobreza a 27,9%, o sea más de 20 puntos de reducción de pobreza en 5 años, cifra sin precedentes en la historia republicana y tal como dijo el economista Ricardo Lago, de haber seguido 4 gobiernos con un liderazgo como el de Alan García, estaríamos en el primer mundo.

Hoy, once años después que había seguido bajando a menor ritmo pero que llegó a 20,2% en 2019, ha vuelto a crecer hasta 27,5%. ¿Por qué hemos retrocedido de esta manera?

Sin duda la pandemia es la primera respuesta, pero otros son la inflación 8,56%, el bajo crecimiento económico 2,7%, muy baja inversión privada, insuficiente obra pública y corrupción.

Dicho declive empezó con al gobierno de Humala y el desorden sucesivo, pero se agravó con el régimen de Pedro Castillo que sembró desconfianza y estigmatizó la inversión y por tanto creció el desempleo y la pobreza. Hoy pagamos la cuenta de la irresponsabilidad electoral.

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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