Opinión

Justicia sí, caviares no

Por: Francisco Diez-Canseco Távara

La acusación pergeñada por los caviares para lograr la salida de Patricia Benavides de la Fiscalía de la Nación es un ejemplo más, visible y notorio, de la ausencia total de escrúpulos de estos viejos y corruptos lobbystas que han desplegado un desesperado y bien concertado esfuerzo para salvar a sus socios de la Junta Nacional de Justicia, reponer a la depuesta Zoraida Avalos como Fiscal de la Nación y recuperar la Defensoría del Pueblo que han controlado desde su fundación, además de lograr la reposición de los ineptos y posiblemente corruptos fiscales Vela y Pérez que siguen ocultando al país el convenio de colaboración eficaz con Odebrecht y hasta ahora no han logrado ningún resultado en esa pesquisa salvo, en el caso de Pérez, la exhibición de un Volvo que vale entre 60 y 80 mil dólares respecto del cual tiene que dar una larga explicación.

Como lo ha señalado Luis Lamas Puccio, Benavides no tiene por qué renunciar a estas alturas de la indagación. Sí debe someterse a la misma: si es inocente de las imputaciones de tráfico de influencias puede revertir contra sus detractores y si es culpable debe caer sobre ella todo el peso de la ley, sin atenuantes por su alta jerarquía. Entretanto, los congresistas involucrados que deben ser unos 90 – qué tal lobby el de la Fiscal- deben responder a las acusaciones de los caviares: las violaciones constitucionales de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) y las razones de la destitución de Zoraida Avalos son clarísimas y los argumentos contundentes. La elección del Defensor del Pueblo, aunque legítima, emana de un censurable contubernio que ha llevado a ese puesto nada menos que al abogado de Vladimir Cerrón, prófugo de la justicia.

La acusación constitucional presentada por la Fiscal de la Nación contra la presidenta de la República, Dina Boluarte, amerita una exhaustiva investigación por parte del Congreso de la República: no se trata, evidentemente, de un documento preparado entre gallos y medianoche sino del producto de una larga investigación. Finalmente, los caviares -antiguos y acreditados abogados de los terroristas- han logrado una vez más desestabilizar el sistema democrático tal como lo vienen haciendo desde hace muchos años al servicio de sus bolsillos y de sus propios intereses. Ya sabemos: no hay justicia con caviares.

(*) Presidente de Perú Acción

Presidente del Consejo por la Paz

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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