Opinión

Jugando para el equipo rival

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Los errores son una suerte de recodos que nos permiten evolucionar como individuos y crecer como personas. Muchos sabios se han referido a los errores como la puerta de un descubrimiento o la señal de peligro que nos permite, por descarte, tomar el camino correcto. Por ejemplo, el genio Albert Einstein decía que “una persona que nunca cometió un error nunca intentó nada nuevo”. Es cierto, equivocarse es parte del aprendizaje, lo malo es que muchas veces se vuelve a cometer el mismo error. Y luego otro y otro y otro, hasta que la persona se acostumbra a la reincidencia. En el actual Gobierno hay muchos casos de esta contumacia del error.

Varios políticos que tienen la suerte de ostentar altos cargos pareciera que están jugando para el equipo contrario. Es como si estuvieran confabulando con el enemigo. No se sabe si por ingenuidad, o a propósito, cometen unas torpezas que perjudican al régimen del profesor Pedro Castillo al contribuir con el socavamiento de su imagen.

Hay personas que cometen errores, pero los aceptan con hidalguía y los corrigen. Otras, en cambio, transitan a la sombra de una reputación para nada envidiable, pero llega un momento en que pareciera que se empeñan en traicionar la confianza del gobernante de turno. Más de un ministro ha hecho méritos para ser desembarcado del Gobierno y su salida fue por la puerta falsa.

El ministro del Interior, Luis Barranzuela, tiene en su haber 130 sanciones aplicadas durante su paso por la Policía Nacional y fue declarado no apto para ascender. Se le atribuyen las faltas contra la obediencia (42), contra el espíritu policial (13), por abandono de servicio (10), contra normas de cortesía (1), por negligencia (44), contra el decoro (2), contra el deber profesional (6), contra el ejercicio de mando (1) y dos sin información al respecto.

Pese a todos esos “pergaminos”, el presidente le asignó uno de los ministerios más importantes. Los cuestionamientos a Barranzuela son una especie de talón de Aquiles del Gabinete que preside Mirtha Vásquez. El ministro tenía la gran oportunidad de reivindicarse y demostrar que las sanciones que le aplicaron fueron injustas y exageradas. Sin embargo, se ha envuelto en un gran escándalo por organizar en su casa una fiesta en la noche de Halloween, sin respetar las medidas dictadas por el Gobierno en la lucha contra el COVID. Todo hace indicar que tendremos a un nuevo ministro del Interior. Ojalá se trate de una persona capaz y responsable. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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