
La meta de la ultraderecha y de los grandes sectores empresariales es lograr la vacancia presidencial. Habían destinado el martes 8 de marzo, a quitar a Pedro Castillo Terrones, de una vez por todas, su condición de presidente de la República, someterlo a juicio de los legisladores y declarar la vacancia.
La oposición debiera manifestar su éxito con la ceremonia de ungimiento de la nueva mandataria, María del Carmen Alva Prieto, quien luciría con toda legitimidad ¡al fin! la banda presidencial. Buscan dar al golpe parlamentario sustento constitucional y democrático.
Pero los hechos no salieron como lo habían pensado, y la señora Alva tuvo que resignarse una vez más, a los nuevos hechos. ¿Cuáles son estos nuevos acontecimientos? Simplemente en la aceptación de que no era conveniente desencadenar una guerra fratricida.
Actualmente la imagen del Congreso está por debajo del presidente, los líderes de la derecha, Keiko Fujimori, Rafael López, Hernando de Soto, Julio Guzmán y otros, no tienen el respaldo popular. La vacancia puede generar una respuesta popular contra toda la clase política.
La mayoría del pueblo exige “que se vayan todos”, las condiciones sociales no permitirán que la derecha gobierne, Alva se puede convertir en una nueva versión de Merino. Entonces proceden “racionalmente” a mantener la “paz” y que todos salgan “beneficiados”.
No se podía vacar a Pedro Castillo, no había las condiciones. Alva tuvo que tragarse el sapo amargo, pero fue la única manera de solucionar la crisis desde el punto de vista de mantener el orden social dominante. Pero la ultraderecha sabe que perdió una batalla, pero insistirá en querer ganar la guerra.
En el Pleno del lunes 14 de marzo admitieron la moción de vacancia presidencial con 76 votos a favor, les faltaría 11 votos para que logren su objetivo, que es muy difícil que lo puedan alcanzar. El martes 15 de marzo, el presidente Castillo se presentó ante el Parlamento y realizó un llamado a la unidad para superar la crisis.
El premier Aníbal Torres manifestó que ese día, el presidente de la República iba a presentar un proyecto de ley para adelantar las elecciones generales, para elegir a un nuevo presidente y a nuevos congresistas. Debe entenderse como una medida extrema para acabar con la inestabilidad política que vivimos.
El día de ayer han interpelado al ministro de Salud y al ministro de Justicia, ahora la ultraderecha está a la ofensiva y buscaran censurarlos. Están generando las condiciones para que el lunes 28 de marzo, cuando el presidente Castillo ejerza su derecho a la defensa, aprobar la vacancia presidencial.
Mientras el gobierno tenga el apoyo de los sectores populares, los planes de la ultraderecha no tendrán éxito, guerra avisada no mata gente.
(*) Congresista de la República por Perú Libre
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