Opinión

Errores garrafales en la lucha contra el COVID

EDITORIAL

Si bien en la lucha contra la pandemia la atención de los enfermos y la vacunación son muy importantes, la prevención también lo es y mucho. Pero en este aspecto el gobierno igualmente muestra clamorosas deficiencias. Hay errores garrafales que nos están pasando la factura, como la alteración de las cifras de casos y fallecidos, la escasa información en general sobre el avance del virus a nivel geográfico y la falta de orientación que se le da a la población. La comunicación sigue fallando. Lo hizo mal Martín Vizcarra, y Francisco Sagasti, con sus ministros y demás funcionarios, siguen en lo mismo.

En los primeros meses, el Ministerio de Salud daba cuenta todos los días de las cifras, pero cuando se descubrió que eran alteradas, dejó de hacerlo y ahora las publica de vez en cuando. Hay distritos, provincias o regiones donde el virus está en un rango alarmante y en otros, no. Esa información podría hacer que la población se cuide más en las zonas de mayor riesgo, pero solo la conocemos cuando se cambian las medidas de restricción y se indica qué jurisdicción pasa al nivel alto, muy alto o extremo.

Qué diferente es en los países donde los organismos del Estado son eficientes y tienen ingenio. En Chile, por ejemplo, tanto la página web del Ministerio de Salud como las exclusivamente dedicadas a la lucha contra el COVID-19 muestran íconos que permiten conocer directamente el calendario, locales de vacunación, contador de vacunas, proceso de vacunación, visor territorial y finalmente noticias. Uno hace clic y rápidamente obtiene la información que necesita, sin mayores preámbulos ni demoras, sin contaminación visual que distraiga ni confunda. Y si uno va hacia abajo, encuentra todo sin hacer ningún clic. Todo fácil, rápido y práctico.

En el Perú, en cambio, el Minsa tiene una página web que verdaderamente da pena. El desorden, el exceso de los llamados banners y la falta de actualización de las cifras impiden que los usuarios de internet puedan encontrar rápidamente la información que buscan. La tecnología, en general, está muy mal usada en esta pandemia. Ni siquiera hay un sistema estadístico que permita ser actualizado para detectar tendencias, incidencias y otros factores que bien podrían ayudar a mejorar las estrategias.

La llegada de las vacunas, en realidad a cuentagotas, sumada al levantamiento de las medidas de restricción en ciertos lugares, está creando una sensación triunfalista en la población, que empieza a descuidarse y no acata los protocolos de seguridad. Sin embargo, no hay una sola advertencia de las autoridades. El aporte de los asesores, no solo médicos, sino también sociólogos, psicólogos y hasta antropólogos, tan necesarios en estas circunstancias, no se percibe por ningún lado. ¿Los convocaron?

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