Es curioso que los votos de peruanos que no viven en la capital del país sean los que, en estas elecciones con final de fotografía, le den el triunfo al candidato que juramentará al cargo de presidente de la República el 28 de julio. El voto rural es mayoritariamente de Pedro Castillo y el del extranjero, de Keiko Fujimori. Es un claro mensaje contra el centralismo que ha abierto brechas sociales, económicas y culturales que el proceso electoral ha puesto ante los ojos de todos.
Los peruanos del interior del país, especialmente los de las zonas más alejadas, son víctimas de la postergación de un gobierno centralista cuya presencia es casi nula. Por ejemplo, en Caballococha y otros lugares fronterizos donde se habla portugués o portuñol.
Por otro lado, la mayoría de compatriotas que radican y trabajan en el extranjero, en Estados, Unidos, Japón, Argentina, Chile, Italia, España y otros países, un día decidieron abandonar el suelo que los vio nacer en busca de mejores oportunidades porque en el Perú no las encontraron.
El nuevo gobierno, la persona que se instale dentro de unas semanas en Palacio de Gobierno, debe tener muy en claro el problema del centralismo, originado no solo por la indiferencia, sino también por la aplicación de políticas descentralistas que resultaron un fracaso y solo alimentaron la corrupción. Tal es así que, en los últimos años, alrededor de 60 gobernadores regionales y más de 2 mil alcaldes fueron destituidos, procesados o sentenciados por actos de corrupción.
Es inaudito que, incluso en medio de la actual pandemia y cuando miles de personas luchan por sobrevivir o salvar a los suyos ante la falta de camas UCI u oxígeno en los hospitales, haya funcionarios que caigan en la corrupción. Es un crimen que verdaderamente no tiene nombre y debe ser castigado con las penas más drásticas y ejemplares.
El candidato que salga elegido, por lo tanto, debe dirigir la mirada al interior del país y también a los más de un millón de peruanos que viven en el exterior, la mayoría de los cuales contribuye con nuestra economía al enviar sus remesas para sus familias mes a mes. El pasado 11 de abril los peruanos en el extranjero eligieron, por primera vez, a dos congresistas que los representarán en el Legislativo. Es un avance, pero, como decía César Vallejo: “Hay, hermanos, muchísimo que hacer”. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
