Opinión

Alza de precios y deudas tributarias

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En México, a los combustibles, como el gas, les llaman energéticos. Resulta que en el país de Javier Solís los precios del gas sumaron en julio cinco meses con alzas a doble dígito. En el Perú, el gas que hace meses estaba en 40 soles llegó a 60 soles. El pollo, que se alimenta de insumos importados, por kilo en algunos mercados está entre 10 y 11 soles. El alza del tipo de cambio influye en algunos precios, pues determinados componentes de un producto o estos por completo son importados. Sin embargo, en los mercados muchos productos están más caros pese a que sus precios no tienen injerencia del contexto global ni del alza del dólar. Algo extraño está pasando.

Un gremio de consumidores acaba de denunciar ante el Ministerio Público a tres conglomerados económicos, quizá los más importantes y poderosos del país en cuanto a bienes de consumo y servicios, por presuntamente apelar a la especulación con la finalidad de provocar un alza artificial de los precios de los productos de la canasta familiar. La demanda la extendió contra Indecopi por, según el texto, no actuar a tiempo ante dichas prácticas, a las que califican de abusivas.

Según la denuncia, el objetivo de esta alza desmesurada de precios de los productos básicos es crear el caos y causar desestabilización en el gobierno del profesor Castillo. Las autoridades fiscales están llamadas a investigar con minuciosidad e imparcialidad esta grave denuncia, porque por motivaciones políticas ni de cualquier otra índole se debe perpetrar una acción de esa naturaleza, máxime si atenta contra los bolsillos de los más pobres, quienes son los más afectados por la pandemia.

Los grupos monopólicos tienen que portarse bien. Ya el ministro de Economía ha emplazado a las grandes empresas y bancos a que paguen sus impuestos, pues de lo contrario se utilizarán todos los mecanismos legales para obligarlos a cumplir sus responsabilidades tributarias. Hace unos días, la Sunat informó que Minas Buenaventura S.A., del empresario Roque Benavides, pagó una deuda tributaria de 2,134 millones de soles.

Los demás deudores deben seguir ese ejemplo. Porque todo parece indicar que ya pasaron los tiempos en que se les perdonaban deudas millonarias. Como esa de 729 millones de soles que en febrero pasado el Tribunal Constitucional le perdonó a Telefónica del Perú. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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