Opinión

El triunfo de Bukele

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Estaba cantado el triunfo de Nayib Bukele. Ayer, a pocas horas del cierre de las ánforas electorales, los resultados a boca de urna indicaban que, aproximadamente, 9 de cada 10 salvadoreños estaban botando por la reelección de su presidente. La victoria se consumó y se confirmó ya en la noche. Bukele se hizo del triunfo y ningún contendor resultó ser una amenaza para su candidatura.

Criticado y hasta vapuleado por la izquierda caviar y la derecha conservadora, que le pusieron la etiqueta de “dictador” y violador de los derechos humanos, Bukele logró el respaldo mayoritario de los salvadoreños en las urnas. Hizo morder el polvo de la derrota a quienes cuestionan su estilo de hacer política, su pragmatismo, sus maneras no convencionales, su rebeldía contra el conformismo y el estatus quo, su rigor contra la delincuencia y sus advertencias contra la corrupción.

Hasta los organismos internacionales lo acusaron de abusivo y autoritario con los criminales, los pandilleros, los sanguinarios miembros de la Mara Salvatrucha y las otras bandas que asolaban El Salvador hasta antes que él se instale en el poder y adopte las drásticas medidas que le dieron resultado. Cuando esos salvajes asesinaban a inocentes y dejaban huérfanos y viudas en el desamparo, ahí sí nadie defendía los derechos humanos de las víctimas y los deudos.

Outsider antisistema, provida, profamilia y antiglobalista, Bukele irrumpió en la escena política de El Salvador con un mensaje que es resumido por el nombre de su partido, “Nuevas ideas”. Además, está cumpliendo lo que dice su slogan, “Hagamos historia”, y demostrando qué tanto hay de cierto en su frase de campaña: “el dinero alcanza cuando nadie lo roba”.

Cuando ganó las elecciones por primera vez en el 2019, Bukele fue respaldado por el 55% del electorado, cansado del fracaso de los partidos tradicionales. Ahora aún no se tienen los resultados oficiales, pero se estima que bordea el 85%. Eso quiere decir que la aprobación a su gestión ha subido a niveles nunca antes vistos en el continente, como consecuencia, principalmente, del éxito de sus medidas contra la delincuencia, pues, después de haber sido el país más inseguro de la región, bajo su gestión se ha convertido en el más seguro de esta parte del mundo.

Bukele tendrá otros cuatro años más para gobernar y en el 2029 terminará su mandato con ocho años que, entonces, debe ser el punto final de su mandato, pues la alternancia del poder es uno de los principios fundamentales de la democracia. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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