Opinión

El tiempo pasa y la desesperanza crece

Por: Víctor García Toma

La Constitución del Perú le asigna al Presidente de la República la responsabilidad de cuatro jefaturas: la primera de ellas es la jefatura de Estado y ello implica que él simboliza y representa la unidad de todos los peruanos, por consiguiente, no es concebible ni es aceptable que a través de sus actos o de sus alocuciones procure de alguna manera, advertida o inadvertida, dividir o establecer zanjas entre los propios peruanos. Es responsabilidad del jefe de Estado preservar y consolidar esa unidad.

En segundo lugar, es jefe de gobierno y, por ende, tiene la responsabilidad de promover planes, programas y acciones que incluyan los intereses y las expectativas de todos los peruanos. Los planes de gobierno de un mandatario deben tender a la promoción del bien común, deben aspirar a que de alguna manera la cuota de bienestar, progreso y desarrollo que se intenta promover alcance, con justicia y equidad, a todos quienes forman parte de este país.

En tercer lugar, es jefe de las Fuerzas Armadas y por consiguiente garante no solo de su soberanía e integridad territorial, sino vigilante de la salvaguarda de la existencia de nuestro país de las acechanzas que pueden promoverse a través de las amenazas externas e internas; aquellas que intentan parcelar la patria, aquellas que intentan, a la luz de intereses ajenos a los del país, hacerle perder su soberanía, autonomía e independencia.

En cuarto lugar, es el jefe de la Policía Nacional y por consiguiente el responsable de que en nuestras calles y en nuestras ciudades exista paz, orden y seguridad ciudadana. Bajos estos parámetros, se requiere de una policía calificada que no esté al servicio de intereses subalternos sino al servicio de los ciudadanos.

Por último y no por ello menos importante, el presidente es la máxima autoridad de la administración pública e impone esa autoridad para que sus ministros administren los servicios públicos con el grado mayor de eficiencia y eficacia. Para esa tarea el presidente debe contar con los mejores colaboradores que tengan habilidades y competencias técnicas, con aquellos que tengan experiencia política, que no tengan mancha, que sean un ejemplo, una esperanza de un comportamiento correcto para los conciudadanos. Nada de eso se ve hasta ahora, nada de eso se prevé… el tiempo pasa y la desesperanza crece.

(*) Expresidente del Tribunal Constitucional

(*) Exministro de Justicia

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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