Según la última encuesta de Ipsos, el actual Congreso tiene solo 10 % de aprobación a su gestión; por esa razón es considerado por muchos como el peor de todos los tiempos. Sin embargo, no solo hay parlamentarios que piensan postular al Senado —gracias a una prerrogativa camuflada en la ley de la bicameralidad—, sino también algunos que tienen en mente formar sus propios partidos para aventurarse como protagonistas de insólitos proyectos políticos.
En el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) actualmente hay 26 partidos inscritos y otros 18 están en camino de hacerlo. En consecuencia, para las elecciones podríamos tener más de 40 candidatos presidenciales en competencia, número que desde ya resulta exagerado y peligroso para la democracia debido a la fragmentación del voto y la fragmentación electoral que causaría.
Pero ahora resulta que a siete congresistas se les ha ocurrido la idea de impulsar sus propios partidos con miras a participar en las próximas elecciones generales, que se realizarán el domingo 12 de abril del 2026.
Se trata de Isabel Cortez (Partido Obrero del Perú), Guillermo Bermejo (Voces del Pueblo), Guido Bellido (Perú Consciente), Pasión Dávila (Todos con el Pueblo), Susel Paredes (Primero la Gente), Flor Pablo (Lo Justo) y Roberto Chiabra (Paz y Unidad). Y eso que no incluimos a Darwin Espinoza, acusado de usar equipos, insumos, infraestructura y personal del Congreso para la recolección de firmas a ser destinadas a la inscripción del partido Adelante Áncash.
Parece que todo lo tienen fríamente calculado, pues para participar de las elecciones primarias con miras a los comicios del 2026, los partidos pueden solicitar su inscripción ante la Dirección Nacional del ROP como máximo, hasta el 16 de junio del 2025; y lograr su registro, como máximo, el 16 de julio del mismo año. Como se sabe, los partidos políticos interesados en participar en las elecciones del 2026 deben completar los trámites dentro de esos plazos establecidos por el JNE. Y aún hay plazo.
En la izquierda se bajara la conformación de un frente que aglutine a varios partidos para presentar una candidatura única, como la que ensayaron con Izquierda Unida (IU) en los años 80. Ello supone que los partidos que se están creando, que no tendrían la más mínima posibilidad de éxito, lo que buscarían en realidad es tener una cuota de poder. Es decir, una tajada de la torta. A menos que alguno crea que sus credenciales le dan para postular para presidente. Mañana continuamos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
