Opinión

La carta a Papá Noel para mis inversiones ¿Cómo invertir?

Por: José Castillo Carazas

Hace solo un par de décadas, las personas en el Perú optaban por invertir en productos tradicionales como bonos y acciones, utilizando como criterio base, luego de descubrir su perfil de riesgo y su nivel de tolerancia ante las variaciones que pudieran darse en los mercados, la forma en la que quería materializar sus beneficios periódicamente, es decir, si quería que su inversión “distribuyera” ganancias o si quería que dichas ganancias tan esperadas se reinvirtieran; es decir que se “acumularan”.

Algunos empezaron a sofisticarse y evaluar mercados financieros distintos al peruano. Los inversionistas decían (y dicen): “quiero ver algo afuera porque yo vivo en el Perú, mis ingresos regulares e inversiones principales, como mi casa, está en el Perú. Es inteligente invertir mis ahorros en otros mercados por si las cosas se complican en mi país”. Sin duda era una forma muy inteligente de pensar; de hecho, obedece a un criterio fundamental de inversión: LA DIVERSIFICACIÓN, pero esto ponía en la mesa otros factores; como, por ejemplo, el tema tributario. Las inversiones realizadas directamente en el exterior generan una tasa de impuesto a la renta directa del 30% sobre las ganancias realizadas; es decir, cobradas. Entonces, resulta necesario definir si estas inversiones debían “acumular” o “distribuir”, puesto que otro elemento en una planificación puede ser “diferir los impactos”.

Otro criterio importantísimo era el conocimiento profesional de esos mercados, no es lo mismo invertir, por ejemplo, en una empresa peruana muy conocida y reputada, que invertir en el exterior sin contar con una adecuada asesoría profesional. Es en este punto donde los “fondos” y las “canastas de inversión” empiezan a hacer sentido para los inversionistas dado que, podían invertir en mercados más desarrollados con el acompañamiento de expertos que tenían resultados comprobados.

Entonces, venía otra vez la pregunta: ¿Qué hacer?, si un inversionista opta por DISTRIBUIR, ello significa que necesita la ganancia para vivir y no puede estar afecto ni a grandes fluctuaciones ni a grandes impuestos. En este tipo de inversiones, se considera por un lado el interés (o beneficio) que la inversión distribuirá al cliente; y, además, la periodicidad con la que lo recibirá (¿una vez al año, trimestral, mensual?); así como el horizonte de tiempo (posiblemente en años) durante el que recibirá ese beneficio.

Por otro lado, si un inversionista opta por ACUMULAR, esto significa que reinvertirá constantemente sus ganancias para hacer crecer su inversión; por lo tanto, su visión respecto de la inversión debería ser de largo plazo como una estrategia natural de defensa. Si la inversión es a un plazo mayor, en el caso que ocurran caídas en los mercados, se contará con un tiempo prudente de recuperación. Respecto al tema de los impuestos, éstos serán exigibles al momento de cobrar la ganancia.

En el Perú, hoy existen oportunidades “inteligentes” y “accesibles” de inversión, las cuales, gracias a la regulación de los mercados financieros y a la promoción de ahorro a largo plazo; así como la inclusión financiera, buscan que la mayor cantidad de personas accedan a mercados financieros internacionales y con beneficios tributarios por canalizar sus inversiones a través de sociedades reguladas.

Si una persona natural decide invertir, por ejemplo, a través de fondos mutuos peruanos en productos internacionales que distribuyan, acumulen o tengan ambos objetivos, sus ganancias estarán afectas únicamente a una tasa de impuesto a la renta definitiva del 5% que será retenida por el administrador del fondo cuando realice ganancias. Por otro lado, estas alternativas, que vienen creciendo aceleradamente en el Perú, permiten a los inversionistas acceder a productos administrados por gestores profesionales y, a la vez, regulados con bajos montos, ideales para construir estrategias de ahorro planificado a largo plazo.

Cuando elabores la carta a Papá Noel para tus inversiones debe de incluir, además de mucha rentabilidad, muy poca volatilidad y alta liquidez: (i) Diversificación; (ii) Eficiencia tributaria; (iii) seguridad de invertir en productos regulados; (iv) Manejo profesional de tu inversión.

(*) José Castillo Carazas es Gerente General de BLANCO SAF
(*) Miembro del Directorio de la UPAL, CPC y Máster en Banca y Finanzas

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