Opinión

El gobierno de Pedro Castillo, ya es un desmadre

Por: Richard Arce Cáceres

Las recientes denuncias periodísticas son muy graves, puesto que destapan escándalos de corrupción en el Ministerio de Energía y Minas y el Ministerio de Medio Ambiente, llegando al extremo de involucrar a los propios ministros en el ruleteo de nombramientos irregulares, sin tener el perfil, con un claro direccionamiento para atender favores políticos de gente incompetente que ingresa al Estado, solo por el hecho de ser allegados y hasta familiares de los susodichos.

Lo más grave es que se repiten acciones vedadas que lindan con el tráfico de influencias, el acoso laboral y el condicionamiento de los trabajadores, muchos de ellos profesionales renombrados, llegando hasta el extremo de exigir el “pago de favores”, exponiendo las propias instalaciones del Ministerio de Energía y Minas, como reza la denuncia en Twitter de Rosa Aguirre, @RoseAguirreGa.

Y de este tipo de denuncias no está exento el Ministerio de Salud, donde el propio ministro Cevallos, hasta el día de hoy no ha aclarado la relación que tendría el affaire amoroso –es su vida privada, que haga lo que quiera, pero al hacer uso del poder que ostenta, hay una responsabilidad política– que lo involucra con presuntos nombramientos y llegando hasta el direccionamiento de licitaciones.

La exposición del abuso de poder del ministro Rubén Ramírez, que ha empoderado a una señorita de apellido Rojas, al extremo de otorgarle escolta policial, uso de los vehículos asignados al ministro y ostentar el poder bajo la sombra, sin tener ningún cargo formal en el Minam, muestran privilegios escandalosos que descalifican al propio ministro, que por cierto es un incompetente en temas ambientales.

Podríamos seguir enumerando los despropósitos y los actos vedados que cometen varios de estos altos funcionarios, pero ya han rebasado la ética y la moral, con claros visos de corrupción, que muestran las miserias de este gobierno y el asalto del poder, con funcionarios que no entienden la diferencia entre la función pública y sus acciones y angurrias privadas.

A esta situación de exposición del gobierno de Pedro Castillo, se suman las negligencias del ministro Silva del MTC, mostrando incompetencia funcional y además desnudan lo más pérfido de los funcionarios públicos de alto nivel en el gobierno, que ponen en preminencia sus angurrias y hasta su hedonismo, en desmedro del servicio público y descalifican la labor para la que fueron nombrados.

Mientras sucede este desmadre en el gobierno de Pedro Castillo, el Congreso de la República duerme el sueño de los justos, claudicando en su rol de control político y fiscalización, por lo que no es extraño los altos niveles de desaprobación a los que han llegado. La pregunta del millón es: ¿qué hacemos?

Es insostenible avalar estos despropósitos del gobierno, es impostergable la remoción de estos altos funcionarios de Estado, porque al parecer han llegado al poder para servirse y mostrarnos el desprecio por el bien público y los recursos del Estado. Ya ni se puede imaginar que sucederá en otros niveles de gobierno.

¡Presidente, pare este desmadre en su gobierno, sino asuma las consecuencias!

(*) Ex congresista de la República

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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