Opinión

El fracaso de un candidato (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Pese a ser el favorito de la derecha colombiana para pasar a la segunda vuelta electoral con el izquierdista Gustavo Petro, Federico Gutiérrez quedó en tercer lugar y quedó fuera de carrera. El candidato conservador que pasó a la segunda vuelta fue Rodolfo Hernández. Los analistas y los especialistas en marketing político que integraron el equipo de campaña electoral de Fico Gutiérrez deben estar poniendo las barbas en remojo, pues este candidato tenía todo a su favor para “clasificar a la final”, pero fue eliminado por un outsider, Rodolfo Hernández, quien ahora es conocido como el “Donald Trump” de Colombia.

Fueron dos los grandes errores de Gutiérrez en su campaña. El primero, sobredimensionar los efectos que supuestamente tienen los ataques al rival, en este caso Petro, quien prácticamente ya tenía el primer puesto, pero no el 50% más uno que le permita ganar en primera vuelta. El rival directo de Fico era otro, Rodolfo Hernández, quien bajo la sombrita vino de atrás y se posicionó en el segundo lugar, que le permite disputar la presidencia de Colombia el 19 de junio.

A algunos candidatos que tenían grandes opciones en la pasada primera vuelta electoral en Perú les ocurrió algo parecido. Se atacaban entre ellos en Lima y no pudieron advertir que en el interior del país aparecía un rival que —con mecanismos lícitos o no— podía voltearles el pastel a todos.

El otro error de Federico Gutiérrez, quizá el más grave, fue el mensaje. Creyó que le daría buenos réditos políticos una campaña basada en dejar a Petro como “comunista” y remarque que un eventual gobierno suyo convertiría a Colombia en una nueva Venezuela, con desempleo, pobreza y éxodo de migrantes.

Los asesores de Fico Gutiérrez no tomaron como ejemplo lo que ocurrió en las recientes elecciones del Perú, donde varios candidatos creyeron que su mejor arma era acusar a Pedro Castillo de “terrorista”, “chavista” y decir que si llegaba a ser presidente confiscaría casas, carros y hasta bodeguitas. Esas imputaciones no le hicieron ningún daño al hoy presidente, quien salió tan ileso que también le ganó la segunda vuelta a Keiko Fujimori, a quien los perdedores le dieron su apoyo utilizando la misma estrategia que a ellos no les dio resultados. Lógicamente, ayudaron al rival.

No es que se tengan que pasar por alto las debilidades del rival político. Pero hay que tener en cuenta que, en esto de las preferencias electorales, la verborrea y la repetición de libretos llegan a cansar y generar antipatías. Hay otras formas de sumar votos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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