
Federico Gutiérrez era el candidato favorito de la derecha para ganar las elecciones presidenciales en Colombia. Las encuestas pronosticaban que fácilmente pasaría a la segunda vuelta con el izquierdista Gustavo Petro. Fico, como le dicen sus amigos y simpatizantes, era la mayor esperanza de los sectores conservadores en Colombia. ¿Pero qué ocurrió el último domingo? Quien pasó a la segunda vuelta con Petro fue Gustavo Hernández, un outsider de derecha que resultó siendo la sorpresa en la campaña electoral.
Federico Gutiérrez Zuluaga, de 48 años, es un ingeniero civil egresado de la Universidad de Medellín, especialista en alta gerencia y ciencias políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana. Fue alcalde de Medellín entre 2016 y 2019, pero antes concejal de la misma ciudad. Esa exitosa experiencia le permitió vislumbrar un interesante horizonte político. En algún momento lo consideraron el dique contra la temida “marea de la izquierda”. Sin embargo, el candidato de derecha que pasó a la segunda vuelta fue otro.
El fracaso de Fico Gutiérrez es un llamado de atención a los especialistas en marketing político, esos expertos que muchas veces se especializan en dar consejitos en base a dudosas consultorías. Los hechos indican que el trabajo de análisis en las campañas electorales no se reduce a resaltar al personaje y atacar a su rival. Una estrategia de campaña electoral va más allá, se necesita tener en cuenta aspectos hasta de carácter psicológico.
En algún momento, el derechista Fico Gutiérrez basó su campaña en el ataque al rival de izquierda, Gustavo Petro, llamándolo comunista. Parece que sus asesores no se enteraron de lo que pasó en el Perú, donde un candidato desconocido por las mayorías y tildado de marxista, leninista y chavista, al que hasta se le vinculó con Sendero Luminoso, se impuso en la segunda vuelta a Keiko Fujimori, a quien —en esa etapa— recibió el respaldo de toda la derecha que, para empeorar las cosas, también centró su campaña en los ataques al candidato “comunista” y “chavista”.
En efecto, Federico Gutiérrez repitió el mensaje que a la derecha peruana no le dio buenos resultados y que, tal parece, le resultó hasta contraproducente: “Si Petro sale elegido, Colombia se convertirá en la nueva Venezuela”, “Petro, Chávez y Maduro son lo mismo” y “la gente no es boba, no votará por el comunismo”.
Falló el discurso, el mensaje. Los electores de estos tiempos esperan algo más que el ensañamiento con el rival. No está mal desnudar los defectos y errores del contendor, pero esa no debe ser la columna vertebral de una campaña electoral. Continuamos mañana, pues en el Perú se acerca un proceso electoral y el tratamiento de estos temas se torna interesante y oportuno. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.