Opinión

El fantasma de la guerra

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Una vez más, el planeta es amenazado por una Tercera Guerra Mundial. En la primera, el detonante fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, en Sarajevo, el 28 de junio de 1914; mientras que la causa principal de la segunda estuvo en la invasión de Polonia por parte de Alemania el 1 de septiembre de 1939. Entre esas dos guerras hay solo 25 años. Hoy, después de 85 años de la última, estamos en riesgo de enfrentar una nueva conflagración internacional de repercusión mundial.

El último martes se cumplieron los 1000 días de la invasión de Rusia a Ucrania. Para justificar lo que denominó «operación militar especial», el 24 de febrero de 2022, Vladimir Putin alegó que estaba protegiendo la soberanía de Rusia y sus intereses. Su objetivo era tomar posesión de las regiones de Donetsk y Luhansk, en el Donbás, como lo hizo en 2014 con Crimea, península ubicada en el Mar Negro.

Según el Ministerio de Defensa de Ucrania, más de 635,000 soldados rusos han dejado esos casi tres años de bombardeos con misiles, ataques aéreos y enfrentamientos con armas de fuego y cuerpo a cuerpo. Del lado de Ucrania son cerca de 500,000 las muertes, registradas incluso en Kiev, la capital. En total, más de un millón de vidas jóvenes se apagaron tempranamente por culpa de la infausta guerra.

La nueva fase de la guerra empezó el último martes, precisamente el día 1000 del inicio de la invasión rusa sobre Ucrania, tras la decisión de Kiev de utilizar misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos con la venia de Joe Biden, que había dado la autorización previa. Esta acción llevó a Putin a dar luz verde al uso de armas nucleares, argumentando que, si bien Ucrania es un Estado no nuclear, ahora cuenta con el apoyo directo de potencias atómicas como EE.UU.

Pese las advertencias, Ucrania lanzó el miércoles una andanada de misiles de crucero Scalp y Storm Shadow, de fabricación francesa y británica, contra Rusia. Y ayer, Rusia disparó un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés), arma capaz de transportar cabezas nucleares y otras cargas explosivas a distancias superiores a los 5500 kilómetros, más del doble de lo que hay entre Tumbes y Tacna.

Aparte de que la ONU y la Unión Europea respaldan a Ucrania, Estados Unidos tiene bases militares en Alemania, Polonia, Reino Unido, Italia y España, por lo que en varios países europeos temen una represalia rusa y ya están preparando refugios, evacuaciones y vías de escape.

Ojalá prime la sensatez y, a través del diálogo, se detenga el caballo desbocado de la guerra. El mundo está en riesgo. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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