Cada segundo domingo de mayo homenajeamos con mucha alegría y esmero a nuestras queridas madres y no es para menos si se trata del ser que nos dio la vida; regalos, agasajos, reuniones, ofertas por doquier nos animan a dar lo mejor de nosotros para ellas. Sin embargo, y sin ánimo de opacar la importancia de esta memorable fecha, vamos a analizar una preocupante realidad que no debemos soslayar desde el punto de vista legal y que requiere también acciones inmediatas.
Para los operadores de justicia, entre ellos nosotros los abogados litigantes, no es ninguna novedad que la mayoría de casos que se ventilan en el Poder Judicial, Fiscalía, etc. son los de alimentos, violencia familiar, omisión a la asistencia familiar, entre otros, que aquejan a nuestras nobles madres; así tenemos preocupantes estadísticas de casos en nuestras instituciones tutelares, muchos de ellos pendientes de resolver. Es cierto que hay preocupación en nuestras autoridades en disminuir estos índices, así tenemos la reciente modificatoria a la Ley 30364, ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia familiar que permite recepcionar denuncias en comisarías, en fiscalía o en los Juzgados de Familia que, sin mayor trámite, otorgan a las víctimas medidas de protección; por otra parte tenemos las Fiscalías especializadas en delitos contra la mujer e integrantes del grupo familiar y, en el caso de la omisión a la asistencia familiar, el D.L. 1194 considera a este delito como flagrancia dentro de un proceso inmediato en el cual el infractor procesado obtendrá condena a lo mucho en un par de semanas y; en cuanto a las demandas de alimentos no se requiere firma de abogado, están exoneradas de aranceles judiciales y la prueba fundamental es la partida de nacimiento del menor.
En suma, son muchos los esfuerzos que buscan aminorar la cantidad de casos en agravio de nuestras afligidas mujeres, un problema desde el ámbito familiar con repercusión en toda nuestra sociedad en todos sus niveles. Sin embargo, más allá de las políticas legales sobre estos recurrentes temas, también debe haber una reflexión entre los integrantes de nuestra comunidad, debemos ser conscientes del valor e importancia de la mujer en nuestro grupo familiar y en nuestra sociedad, respetando sus derechos así como el derecho a la alimentación de nuestros hijos, recordemos que el limite a nuestros derechos es el derecho de los demás. Tratemos de ser más justos, razonables, equitativos y evitemos la arbitrariedad y, en estas fechas en plena crisis sanitaria y económica, aunque no tengamos dinero para ofrecer un regalo costoso para la madre, por lo menos brindémosles un día de tranquilidad y buen trato. Quizás un día de paz para ellas puede ser el regalo más valioso, depende de nosotros. Aprovecho estas líneas para brindar un efusivo y cariñoso saludos a todas las mamitas en su día.
(*) Abogado penalista
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