Opinión

El desenlace político y la hegemonía en disputa

Por: Ángel Delgado Silva

La excarcelación de Samir Villaverde, convertido en colaborador eficaz, y el consiguiente desembalse de pruebas, que comprometan al presidente en una corrupción inexcusable, prologaría el final de la pesadilla que hace un año asola al país. Si así fuera, estaríamos ante la apertura de un nuevo período donde concurrirán salidas alternativas, a la crisis presente. Una fase tan importante como la previa de movilización democrática contra una dictadura en ciernes. El generoso esfuerzo ciudadano no debe truncarse ni ser arrebatado por los oportunistas de siempre.

En consecuencia, los republicanos deben vigilar para que la cancelación del putrefacto régimen castillista, concluya en una salida democrática de verdad. Y ello implica renunciar a esa ingenuidad que la molicie dominante nos ha impuesto: “creer que las cosas se hacen solas”. ¡No! La caída de Castillo no apareja necesariamente el retorno a la democracia y al buen gobierno. Y esta no es ninguna perogrullada. El devenir de la humanidad, en todas las latitudes y tiempos, está llena de esperanzas frustradas, saltos al vacío y desenlaces peores a lo que se combatió. En la historia reciente del Perú, ¿qué significó el recambio de Kuczynski por Vizcarra, el lagarto?

Antes de caer el telón, los actores muestran sus mejores galas para recabar el mayor aplauso. Y en el escenario político sucede los mismo, cuando el final se acerca. No debe extrañar que esa izquierda fucsia y variopinta, conocida como caviar, ensayen hoy levantar una “propuesta” con barnices juveniles y apartidista dicen. Quieren montarse en el rechazo gubernamental, extendido al Parlamento, y que se traduce en el clamor: ¡Qué se vayan todos! Por eso, recolectan firmas para una iniciativa que reforme la Constitución, permitiendo elecciones para el próximo año. Y como sucede, los demócratas ingenuos ya estamparon su rúbrica.

Pero la trampa caviar posee “patas cortas”. Los jovencitos militan en el Partido Morado y traman llevar a Sagasti –el lagarto nº 2– a la Presidencia. Esto explica la no vacancia de Castillo y la coincidencia con éste y los suyos, en el ataque al Congreso. ¡Quieren elecciones sí, pero con Castillo en el poder! Ello les facilitaría utilizar los aparatos del Estado, con los órganos del Sistema Electoral incluidos, para ganar fraudulentamente los comicios.

Los republicanos no podemos olvidar que los caviares abrieron el camino al comunismo radical, Que fueron precursores del desastre, apuntalando a Vizcarra en su vil tarea de destruir las instituciones democráticas y tasajear las normas constitucionales. Que votaron “por el mal menor” y nada hicieron contra las irregularidades electorales a la vista. Y permitieron que la fauna de los Bruno Pachecos, ingresaran al Gobierno, reduciendo los requisitos.

(*) Constitucionalista

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