Opinión

El balance de los 100 días

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Hoy el presidente Pedro Castillo, en un discurso desde la plaza de armas de Huamanga, Ayacucho, dará a conocer un balance de los 100 días de Gobierno. Hay algunas luces, pero muchas sombras eclipsan una gestión que enfrenta un nuevo escándalo, la denuncia de dos excomandantes generales sobre presiones del Ejecutivo para los ascensos en las Fuerzas Armadas, cambios que por regla y tradición se realizan teniendo en consideración criterios como la antigüedad, pero sobre todo los méritos; de ninguna manera “a dedo”.

Cuando se da un nuevo escándalo en el actual Gobierno, en la oposición hay quienes ya no se indignan ni se exasperan porque, según ellos, es “una raya más al tigre”. Es que uno de los rasgos característicos del actual régimen es el deficiente criterio y previsión para designar a los funcionarios. En las redes sociales, socarronamente, preguntan si tener una hoja de vida manchada, con sanciones y denuncias por faltas y delitos, es requisito para ejercer un alto cargo. Otros se preguntan dónde quedan las personas intachables, las decentes, las que tienen una foja de servicios limpia y una vida privada ejemplar.

Han pasado más de tres meses de Gobierno y ya no se puede usar la excusa de que la oposición en las calles y el Congreso no dejan gobernar. Las calles se han calmado, las marchas de La Resistencia o algún político promotor de la vacancia ya no son las de antes, levantan poco polvo. El Congreso, pese a la división de la bancada oficialista, acaba de dar el voto de confianza al Gabinete con el respaldo, incluso, de varios miembros de partidos opositores calificados como de derecha y hasta extrema derecha.

Sí hay algo rescatable en el Gobierno. Por ejemplo, la eficiencia en la lucha contra la pandemia y algunos avances en materia económica, agrícola, seguridad social, inclusión social y otras. Sin embargo, también se han cometido muchos errores, especialmente en lo que concierne al manejo político. Un lenguaje provocador y ambiguo de todas maneras causa “hipos” en el precio del dólar, la mala elección de varios ministros ha provocado ruidosas crisis políticas y, a nivel técnico, en el manejo del aparato estatal también son evidentes las deficiencias.

Enmendar los errores es fundamental en la política, pero primero hay que reconocerlos con hidalguía. El Perú necesita sensatez, no testarudez; idoneidad, no mediocridad. Cien días son solo el inicio, aún falta mucho camino por recorrer y, como decía César Vallejo en su poema “Los siete monstruos”, “hay, hermanos, muchísimo por hacer”. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button