Opinión

El accionista y los tipos de socios

Por: José Castillo Carazas

¿Alguna vez has escuchado un empresario que dice “prefiero ir solo, sin socios”? En el mundo de los negocios, las sociedades empresariales son muy difíciles de consolidar, ello porque no solo depende de la prosperidad del negocio, sino además de la personalidad individual de los socios.

Cuando una persona contrae matrimonio, constituye con su cónyuge lo que se conoce como una sociedad de gananciales, que una sociedad “50-50”, en la que se juran amor en las buenas y en las malas, en la salud y la enfermedad y todo lo que hacen es por el bienestar y la prosperidad de sus hijos. Sin embargo ¿Qué pasaría si en los matrimonios pudiera haber “socios mayoritarios y minoritarios”? ¿Alguna vez te lo has preguntado?

Elegir un buen socio no depende del momento “cero” en el que todos están comprometidos con el negocio. La buena sociedad se forma, necesita casuística y reconocer la visión de largo plazo compartida, que no es otra cosa que el propósito de la sociedad. Durante mi vida he podido identificar cinco tipos de socios:

El Cooperativo, que es el que apuesta por el largo plazo, el incondicional, el que busca que todos ganen;

El Cuasi Cooperativo, este es el interesado, el que necesita “mantener con vida al otro socio”, es el que está pensando como ganar más que su socio durante el negocio, pero sabe que lo necesita y no lo puede acabar;

El Individualista, al que no le importan las necesidades del otro, lo único que le importa es lograr para sí el objetivo para el cual entró al negocio;

El Competitivo, al que siente la “ganancia de su socio” como su propia pérdida, es el eterno insatisfecho, el que siempre va a vivir pensando que “cedió mucho al principio” y busca subsanar ese error; y finalmente

El Vengativo, el autodestructivo, aquel que arrastra consigo al otro socio, el “socio del divorcio complicado”.

Es importante entender que los socios no siempre son de “un solo tipo”, durante la vida del negocio pueden tener “episodios de crisis”; lo importante es identificarlos, conversarlos y transparentar la sociedad por el bien del negocio.

Podemos poner un grado mayor de complejidad a esto, imagínense cuando tiene socios que ponen capital y otros que ponen el conocimiento. En la práctica, uno es el que pone el dinero y el otro la fórmula para que ese dinero gane; pero ¿qué pasaría si el socio del dinero es “competitivo”? la respuesta es muy sencilla, no importa el tipo de socio que tenga, es una Sociedad que fracasará.

(*) Gerente General de BLANCO SAF

(*) Miembro del Directorio de la UPAL, CPC y Máster en Banca y Finanzas

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button