Opinión

Los atentados contra el presidente de la República

Por: Víctor A. García Belaunde

Nuestra historia republicana, llena de episodios trágicos y gloriosos, de guerras civiles intestinas o externas sin resultados concretos, no ha escapado en su devenir histórico al magnicidio o los actos preparatorios que conllevaron a la perpetración del asesinato de los hombres públicos de nuestro país.

El 23 de noviembre de 1860, José Gálvez Egúsquiza, el ideólogo de la conspiración, planeó un atentado contra el presidente Ramón Castilla. Incapaz de detener democráticamente la aprobación de la Constitución de 1860, él y otros decidieron atentar contra el mandatario. Su plan fracasó y fue desterrado a Chile.

A su regreso continuó conspirando contra la estabilidad democrática haciendo la revolución contra el presidente Pezet, para luego morir heroicamente el 2 de mayo de 1866.

El golpe de estado perpetrado por los hermanos Gutiérrez el 22 de julio de 1872, trajo como consecuencia el apresamiento del presidente José Balta quien fuera tomado prisionero, encarcelado en el cuartel Santa Catalina y asesinado el 26 de ese mismo mes. El motivo de este rompimiento del orden constitucional era el de impedir la asunción de Manuel Pardo Lavalle el primer mandatario de origen civil, quien durante su mandato hubo un intento de asesinarlo el 22/8/1874 por el capitán del ejército Juan Boza. Sucedió a Pardo, Mariano Ignacio Prado en 1876, Pardo es elegido presidente de la Cámara de Senadores, y es asesinado el 16 de noviembre de 1878 por el sargento Melchor Montoya, el motivo del asesinato era las reformas militares que Pardo impulsaba en su cámara.

A la salida de Leguía del poder, lo asume por golpe de estado Luis Sánchez Cerro, quien después se hace elegir presidente constitucional. El 6 de marzo de 1932 cuando el presidente sale de la iglesia de Miraflores se le acerca el militante aprista José Melgar Márquez disparándole e hiriéndole de gravedad, logrando recuperarse. Sánchez Cerro no tuvo igual suerte el 30/4/1932, cuando pasaba revista a las tropas que iban a combatir contra Colombia otro militante aprista Abelardo Mendoza Leyva se agarró del estribo del automóvil descapotable del presidente y le disparó varias veces, muriendo horas después.

Dos capitanes de tendencia velasquista Eloy Villacrez y otro de apellido Loayza intentan asesinar a Francisco Morales Bermúdez en 1976; Villacrez asegura que fueron escasos centímetros que rosaron el blanco. Este episodio no es muy conocido y no se aprecia cuánto hay de fábula y de realidad.

Los presidentes de la República están protegidos por un contingente de seguridad altamente especializado, donde el jefe de la Casa Militar supervisa el sistema de seguridad del mandatario y su familia, como así lo indica el manual de organización y funciones del despacho presidencial.

Lo ocurrido con la señora presidenta de la República el 20 de enero en Ayacucho ha demostrado una suerte de debilidad en la protección a la jefe del Estado, donde se ha permitido al agresor estar cerca de su víctima.

Esto debió de tener como consecuencia la reestructuración burocrática de la Casa Militar, y debieron asumir su responsabilidad ante este fallo en la seguridad de la señora presidenta de la República. Uno de ellos fue el general PNP Jorge Angulo que al dejar su cargo dijo que lo cesan “en forma abrupta, irregular e ilegal” y agregó que con el accionar del gobierno se pretende “mellar la moralidad de una institución”. Criticando al ministro en su discurso de despedida refleja la indisciplina y falta de autoridad dentro de nuestra policía. ¿Podrá concretarse la seguridad ciudadana y la seguridad de la presidente sin disciplina policial?

(*) Excongresista

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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