Opinión

Cuando se unen los adversarios

EDITORIAL

Así como en la guerra, en la política, a veces, los adversarios también se unen. Un claro ejemplo es Mario Vargas Llosa, enemigo jurado del fujimorismo, quien desde España llamó a votar por Keiko Fujimori porque si ganara Pedro Castillo, según su pronóstico, el país se iría a una catástrofe de la que el mejor ejemplo es Venezuela. Ahora, el líder de Perú Libre recibe con los brazos abiertos el respaldo de Verónika Mendoza, a quién él mismo, hace solo unas semanas, había calificado de oportunista porque ‘solo aparecía cuando hay elecciones’.

Castillo y Mendoza no son como el agua y el aceite, pero representan a las dos facciones de la izquierda ubicadas en los puntos opuestos más extremos. El primero con ideas muy radicales y fundadas sospechas de vínculos con Sendero Luminoso que aún no aclara, mientras que la segunda es auténtica representante de la denominada izquierda caviar, de prédica edulcorada y lineamientos doctrinarios barnizados con ‘enfoques’ extranjeros que, sin tener en cuenta la realidad del país, incorpora a sus planteamientos.

Cuando le preguntaban qué pensaba de Verónika Mendoza, antes de la primera vuelta, Pedro Castillo respondió que “una cosa son los enemigos, otra cosa los oportunistas y otra cosa el pueblo”. En otra oportunidad Castillo dijo que algo que diferencia a su partido de Verónika Mendoza es que Perú Libre no ha sido gobierno, mientras que ella ha sido congresista y cuando fue candidata presidencial recomendó votar por Pedro Pablo Kuczynski en segunda vuelta (2016).

Es cierto, en esa ocasión Mendoza dijo “hoy, votar en blanco o viciado favorece a Keiko Fujimori en el conteo final de votos, por eso para cerrar el paso al fujimorismo solo queda marcar PPK”. Y eso que PPK había dicho de ella, antes de la primera vuelta, que “es una media roja que nunca hecho nada en su perra vida”. Verónika le respondió aconsejándole que “tome su agua de valeriana o agua de azahar”. Luego ella lo apoyó y PPK ganó.

El panorama ahora es muy complejo. Keiko Fujimori ya aseguró el apoyo de Rafael López Aliaga, Hernando de Soto, César Acuña, George Forsyth, Alberto Beingolea y Rafael Santos. A Castillo lo respaldan Verónika Mendoza, Marco Arana y líderes de otros partidos minoritarios de izquierda.

Si se sumarían los votos que consiguieron los dos bandos en la primera vuelta, el triunfo sería para Keiko Fujimori, pero el electorado está muy fragmentado, no solo es motivado por el líder, sino también por las circunstancias y el aspecto emocional.

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