Opinión

“Cuando bajamos a los pueblos”

Por: Martín Valdivia Rodríguez

La periodista Carla García, hija del exmandatario Alan García, hace una curiosa observación en las redes sociales: “El presidente (Pedro Castillo) siempre se refiere a las regiones y pueblos diciendo ‘cuando bajamos a los pueblos’. Es bien sintomático eso, ¿no? ¿Él se siente más arriba? De hecho, muchos de los pueblos quedan más arriba que Palacio, por lo que sería más adecuado decir ‘subimos’. Digo, nomás”. Las correcciones ortográficas del mensaje de Twitter corrieron por nuestra cuenta, pero se entiende. A lo que vamos es a que el comentario parece tener cierto sentido lógico, pero hay un error de percepción por desconocimiento. La expresión de Castillo sí está bien usada.

En las provincias del Perú y varios países de Sudamérica, así como también en algunas regiones de España, “bajar al pueblo” es lo mismo que ir “del campo a la ciudad”. Ocurre que las comunidades agrícolas, ganaderas, artesanales o de cualquier otra actividad, están asentadas generalmente en lugares de mayor altura que las urbes. Y cuando alguien se dirige a la ciudad dice “bajo al pueblo”.

En el caso de Pedro Castillo, él es del centro poblado de San Luis de Puña y cuando dice que “baja al pueblo” significa que irá a Tacabamba, que es uno de los 19 distritos de la provincia cajamarquina de Chota. Como a todo provinciano identificado con su lugar de origen, al presidente le cuesta desacostumbrarse a estos modismos muy comunes en los pobladores del Perú profundo y por eso se expresa con frecuencia de esta manera.

Por lo tanto, la mordaz y sarcástica crítica de Carla García a Pedro Castillo, por presuntas ínfulas o indicios de soberbia, al decir que va a bajar porque él se encontraría en un lugar más alto, no tienen ningún asidero. Sorprende, más bien, que una periodista no se tome el trabajo de investigar un poquito antes de emitir un cuestionamiento con un tufillo sarcástico.

Algunos cibernautas comparan “bajar al pueblo” con “bajar a las bases”, lo que también es un error, pues en este último caso se trata de los dirigentes de una organización política o sindical, que sí se sienten en una posición superior y se refieren a una consulta o diálogo con la militancia. “Bajar al llano” también tiene una connotación diferente a “bajar al pueblo”.

En España hay una expresión muy parecida a “bajar al pueblo”: “Subir a Andorra” o “bajar a Barcelona”, donde el factor común siempre es la altitud de un lugar con respecto a otro. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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