La opinión pública ha tenido conocimiento de una reciente reunión entre representantes de una empresa particular de nombre Heaven Petroleum Operators S. A., el gerente general de Petroperú, Hugo Chávez Arévalo, y el presidente de la República, Pedro Castillo, implicaría que, en efecto, se trata de un aparente acuerdo bajo la mesa, lo que rompe todas las reglas de la transparencia y de la ética pública. Esta situación coloca en una posición muy difícil al primer mandatario del país y se suma a su ya conocida falta de liderazgo o de idoneidad para nombrar a sus técnicos o colaboradores más cercanos. A diferencia de casos anteriores, Castillo se vería comprometido directamente en una situación embarazosa pues estaría “pateando” el Código Penal.
Sin duda, esta reunión debe ser objeto de una investigación que me parece se está iniciando al momento de escribir esta columna; es un caso que amerita una indagación por parte de la Contraloría General de la República. Estamos ante un hecho muy delicado y no se trata de algo que se pueda dejar pasar, es un tema que merece investigarse y dilucidarse con la mayor prontitud y rectitud posible.
En los próximos meses, o quizá semanas, si somos pesimistas en relación a la falta de actitud de cambiar de rumbo y de dar las explicaciones suficientes a la población, no tengo duda de que el presidente Castillo se verá sometido a un nuevo pedido de moción de vacancia. En realidad, habrá dos opciones: la primera es que se presente un nuevo pedido de vacancia por incapacidad moral sustentado en un conjunto de inconductas que rompen la relación de legitimidad, mando y obediencia que debe existir entre el gobernante y los gobernados. Por otro lado, ese 70% de la población que hoy ya tiene un claro rechazo al Gobierno, crezca exponencialmente y asuma una actitud mucho más activa; vale decir tomando las calles como un mecanismo de protesta ciudadana frente a un Gobierno que prácticamente ya no tiene ningún respaldo de la ciudadanía.
En el caso del gerente de Petroperú es distinto: Si un funcionario público es llamado a Palacio de Gobierno debe asistir. Lo que no queda claro por su condición de gerente general es si era necesario sostener una reunión directa con el presidente, algo que no parece apropiado. Ya en torno a las razones, a los motivos y consecuencias de esa reunión, el caso del señor Hugo Chávez Arévalo quedará a instancias de lo que determinen las autoridades correspondientes.
(*) Expresidente del Tribunal Constitucional
(*) Exministro de Justicia
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.
