Opinión

Sorna, desprecio y silencio

Por: José María “Chema” Salcedo

Como ya es costumbre, una vez más el premier Guido Bellido se ha referido con sorna y hasta con desprecio a algún integrante del Gabinete. Por ejemplo, inicialmente fue el ministro de Trabajo, Iber Maraví, a quien pidió que se vaya y no se fue, más bien se fue a refugiar bajo el ala del sombrero presidencial. Ahora ha sido con Óscar Maúrtua, el ministro de Relaciones Exteriores; primero con el vicecanciller porque dijo algo que es imposible de discutir, que, según los acuerdos tomados por el Grupo de Lima, no hay ninguna autoridad legítima en Venezuela.

Esto de alguna manera ha interferido con la reunión clandestina revelada por el propio Castillo que tuvo con Nicolás Maduro. Ahora Bellido no solamente le enmienda la plana al vicecanciller, sino que le dice a Maútua que tiene las puertas abiertas. Entonces, comenzó otra vez la “rumorología”, según la cual Bellido tenía sus días contados y que el presidente Castillo le había agarrado “camote” a Maúrtua y que quien iba a reemplazar a Bellido era Maúrtua; por eso Bellido estaba haciendo control de daños y entonces la suerte iba a estar echada para Bellido.

Pero no ha sido así. Algunos temían, otros se ilusionaban con que Bellido iba a salir, Maúrtua lo iba a reemplazar y esto iba a hacer que Castillo por enésima vez se empoderara, etc., etc. Vanas esperanzas porque a las 24 horas de esta “rumorología”, en Iquitos, reunidos Castillo, Maraví a su lado, gente de Iquitos y Bellido, este declaró que no iba a haber ningún cambio, por lo menos hasta noviembre, que los cambios dependían del presidente. Y el presidente, como siempre, no dijo nada. El presidente se caracteriza por su ostracismo y su silencio, es absolutamente callado y apagado bajo el ala del sombrero.

Entonces, esto ha echado por tierra todas estas conjeturas esperanzadoras en un sector de la oposición que cree que puede controlar a Castillo porque va a moderarlo, lo va a hacer que se enfrente con Cerrón, etc., etc. Fueron hipótesis, buenos deseos, sueños de opio. El calendario, sin embargo, corre y el 30 de septiembre se presenta el inefable ministro de Trabajo a la interpelación. Es muy difícil defenderlo, salvo que tú seas de Perú Libre o de algunos pequeños partidos aliados que le deben la vida, no vas a poder votar a favor de Maraví, absolutamente imposible de defenderlo. Entonces, lógicamente, va a ser censurado si es que no lo sacan antes. De ahí se va a decantar una serie de nuevas conjeturas.

Esta censura va a ser resistida por Bellido, quien va a hacer cuestión de Estado, va a hacer cuestión de principio, va a hacer cuestión de confianza y va a tener que renunciar todo el Gabinete en la ruta de ir cerrando el Congreso la segunda vez. El modelo Vizcarra de estadista, Dios mío, qué horror. Bueno, pues, mientras todas estas discusiones se dan en los cenáculos políticos y en los medios de comunicación, en la gente más o menos ilustrada, los muchachos de Perú Libre siguen recogiendo firmas sin parar con vistas a convocar una asamblea constituyente, que significa todo el poder para Perú Libre.

(*) Periodista

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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