Winston Churchill, quien cambió el rumbo de la Segunda Guerra Mundial y llevó a los aliados al triunfo sobre el nazismo, era un especialista en la solución de crisis políticas y un estratega militar iluminado. Sin embargo, tenía varios defectos y cometió errores garrafales. Uno de ellos fue no usar un refugio antiaéreo construido por el ingeniero español Ramón Perera en Londres. Si lo hubiera hecho, se habría salvado a 40,000 civiles en la capital inglesa. Los errores no son ajenos a los líderes políticos, pero hay que corregirlos y, algo clave en la política, evitar volver a cometerlos.
El presidente Pedro Castillo inició su gobierno a tropezones y atacado por una oposición que lo tiene en la mira desde antes de ser proclamado. Algunas críticas se justifican, pero otras, no. Son gajes de la política, aunque en su caso hay un ensañamiento en su contra que, la verdad, no tiene antecedentes. Castillo ya está sobre el caballo y tiene que seguir para adelante, pero corrigiendo sus errores, esas decisiones que han puesto a su Gabinete entre la espada ya pared.
Ya dio el primer paso, reemplazar a Héctor Béjar en Torre Tagle. Béjar puede ser un intelectual con amplios conocimientos de política internacional, pero la gestión diplomática tiene que ver no solo con interpretaciones de la realidad geopolítica y las buenas relaciones de los países, sino también con una labor administrativa más agitada ahora que estamos en medio de una pandemia. El exministro de Salud, Óscar Ugarte, afirma que la Cancillería debió gestionar la llegada de las vacunas, pero el último mes estuvo más ocupada en otros temas.
El Gabinete que preside el premier Guido Bellido debe presentarse dentro de una semana en el Congreso, el jueves 26, para solicitar el voto de confianza. A juicio de los analistas, es necesario que se haga uno o dos cambios más para inspirar mayor confianza en la oposición. Sin embargo, otros especialistas indican que, haga lo que haga Castillo, igual lo van a “crucificar” porque el único objetivo de la oposición es propiciar la vacancia presidencial.
Un escenario tan hostil como este no es saludable para el presidente ni para los peruanos. Castillo viajaría a Washington el próximo mes y estará en el foco de la prensa internacional. La imagen que podríamos proyectar como país que respeta las leyes puede ser lesionada. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
