La aparición de los caviares en la política es un fenómeno internacional. La expresión caviar es un neologismo político cuyo uso se remonta a los años 80, cuando era empleada a menudo por los detractores de François Mitterrand —gobernó Francia entre 1981 y 1995— para designar a una corriente dentro de la izquierda del país galo. Se calificaba de caviares a los políticos de izquierda que predicaban la supuesta austeridad y solidaridad del socialismo, pero llevaban una vida acomodada, llena de privilegios y lujos.
Sucesos como el Glásnost y la Perestroika en la Unión Soviética por Mijaíl Gorbachov o la caída del muro de Berlín, el símbolo más conocido de la Guerra Fría, afianzaron el desprestigio de los caviares, cuya fama se fue extendiendo por todo el mundo. De tal manera que los “gauche caviar”, como se les llamaba en Francia, pasaron a ser “champagne socialists” en el Reino Unido y “radical chic” en Estados Unidos.
Los países de Latinoamérica no fueron ajenos a este fenómeno, pues en Brasil aparecieron los “esquerda Ballantine’s” (por el whiskey Ballantine’s) o los “socialistas con IPhone”; en Argentina la “whiskierda”; en Chile los “red set”, y en Perú, los “caviares”, a secas.
Sin embargo, con el tiempo la actividad propia de los caviares no ha seguido siendo exclusiva de la izquierda, pues vemos, por ejemplo, a congresistas y otros funcionarios públicos de derecha que se benefician con consultorías, asesorías o dineros procedentes de las ONG. Parece algo contradictorio, pero esa es la verdad. Además, el término caviar no solo es utilizado por la derecha, sino también por la izquierda radical para motejar a los socialistas tibios y proclives a acomodarse fácilmente en cargos públicos.
Esa tendencia fue comprobada por una reciente encuesta de Ipsos para 50+Uno, publicada en El Comercio, que revela que un tercio de los peruanos dice saber qué significa caviar en los círculos políticos. Además, califican a los caviares como “autoritarios, vagos y con dinero”. En esta investigación se hizo la siguiente pregunta: “En una escala del 1 al 5, donde 1 es izquierda y 5 derecha, ¿dónde ubicaría usted a los caviares?”. Resulta que, sorprendentemente, el 29 % respondió que los caviares son de derecha, mientras que el 17.65 %, de izquierda.
No obstante, hay que advertir que hay más caviares de izquierda que de derecha. Y que el término les calza más a los izquierdistas porque en la práctica hacen lo contrario a lo que pregonan. Sean de derecha o izquierda, los caviares son perjudiciales para el país, pues esquilman los recursos del Estado. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
